En este mismo momento quizá una menor esté sufriendo una violación en Ciudad Juarez, se esté llevando a cabo una ablación de clítoris en África o un grupo de despreciables mafiosos esté mandando a unas cuantas jóvenes del Este a España para ejercer la prostitución… Al mismo tiempo, mucho más cerca, en la puerta de al lado de tu casa, un hombre está gritando a su mujer y ha tirado contra el suelo un plato de sopa porque estaba fría (Eso es violencia, no se persigue, se silencia… pero de hecho creo que ahí está la raíz de toda esta lacra) Y, aunque seguro que nunca te lo contará, tu hija ha podido ser protagonista de un vídeo con su novio que se ha hecho viral entre los compañeros del instituto. Él es un machote, ella; una puta. Así que ante estas pocas pinceladas que se me acaban de ocurrir de las cosas a las que tenemos que enfrentarnos hoy las mujeres, no me siento animada para celebraciones, la verdad. Para colmo nos han añadido el término “trabajdoras” (muchas gracias, oiga). ¿Trabajadoras? No, esclavas 2.0. Algun@s diréis que me estoy pasando, que hemos conseguido mucho (patatín patatán), pero yo sinceramente me siento injustamente tratada por esta sociedad. Por favor, pensadlo, somo creadoras de vida! La sociedad debería ponerse a nuestro servicio para que todo fluyera mucho mejor. Sin embargo, es al revés. Eso sí, nos facilitan todo tipo de cremas para estar siempre bellas (muchas gracias otra vez). Y aguantamos, y aguantamos porque no somos de incendiar papeleras. Estamos muy por encima de eso, somos más sutiles e intuitivas, pero estamos tan atadas de pies y manos que nuestra revolución está paralizada. Mi madre siempre me dice que lo mejor es tener un trabajo para poder ser independiente. La entiendo y estoy de acuerdo con ella, pero lo que no me explico es porqué tenemos que pagar un precio tan alto. Es injusto y me preocupa de cara a mi hija, no quiero que pronuncie la palabra renunciar. ¿Qué hacemos? Es urgente, porque no podemos esperar a las soluciones que se les ocurra a la pandilla de inútiles que se están peleando en el Congreso. No se trata de darnos 100 euros al mes, escuelas infantiles ni horarios… ¿Nos estáis tomando el pelo?
Archivado en: PSICO Tagged: día de la mujer trabajadora, madres trabajadoras, mujeres luchadores, mujeres trabajadoras, sociedad machista