¡¡Hola, preciosas!! Hoy estoy feliz, feliz ¡requete feliz! y es porque hoy se celebra el día de los arcángeles y los ángeles. Era tiempo que les quería contar acerca de mi relación con mi ángel de la guarda y ¡qué mejor día que hoy!.
Desde que soy muy pequeña, desde que tengo uso de razón, hablo con él, siempre sentía esta vocecita que respondía mis pensamientos o me aconsejaba que hacer y como actuar, pienso que todos los niños la escuchan, solo que lo tomamos como algo normal y a medida que crecemos y nos sumergimos en este sueño, vamos olvidandolo, desconectándonos, así como nos vamos desconectando de nuestra parte espiritual y nos vamos apegando a nuestra parte corporal, asi, de la misma forma nos vamos desconectando también de nuestro ángel.
Nuestros ángeles son designados desde el mismo momento en que somos creados y nos acompañan hasta dejarnos de regreso en manos de Dios, ellos custodian nuestra alma y qué mejor que a ellos que pedirles por ella. Ellos nos aman incondicionalmente, son seres puramente espirituales y viven en otra dimensión, diferente a la nuestra. Nos conocen profundamente y su labor es la de acercarnos a nuestra espiritualidad.
Los ángeles, tienen sentido del humor, dicen que se parecen a nosotros, a nuestra personalidad, si, puede ser… lo cierto es, que siempre están deseosos de ayudarnos y cada vez que pasamos por una dificultad ellos despliegan sus alas brindándonos su energía.
Mi ángel de la guarda se llama Simón y es muy simpático, puedo hablar con él mentalmente o lo puedo hacer en voz alta y él suele responderme mentalmente, pocas veces me ha mandado mensajes de otra forma, como señales, por ejemplo el que vea reiteradamente una noticia en particular o me cruce mucho con una persona (sí lo hace, solo que como mi canal de comunicación con él está más abierto, suele decírmelo directamente), o como la vez que me dijo como se llamaba, les cuento esa historia, nunca había sentido la necesidad de preguntarle su nombre, pero hace unos meses lo quise hacer porque muchas amigas me preguntaban ¿y cómo se llama?… a lo que les respondía, ¡no se!, así que se lo pregunté, pasó una semana y no me respondía, ni mentalmente ni con señales, así que una noche le dije, ¿sabes?, ya no quiero saber tu nombre, ya no me lo digas… (como una niña engreída) y por la mañana, antes de levantarme, en el preciso momento en que estaba por despertarme pero todavía tenía los ojos cerrados, comenzó a dibujarse su nombre en mi mente en blanco, primero una lindísima ‘S’ mayúscula, seguido de su nombre y un suave murmullo en mi oído… “Simón”… si hubiese podido, ¡lo hubiera agarrado a besos en ese momento!.
Antes de conocer a mi esposo, solía hablar con mi ángel todas las noches en mi habitación, yo en voz alta y él me respondía en mi mente, así siempre he recibido sus mensajes mas claramente, las semanas previas él me decía y se sentía muy emocionado, que faltaba poco para conocer al hombre que iba a ser mi esposo… yo le preguntaba si lo iba a reconocer al momento, él me decía que sí, que no me preocupara… pasaban los días y le decía, ¿cuándo? ¡me dijiste que faltaba poco!, recuerdo que él un par de veces me respondió, es que se ha atrasado… yo le decía ¿cómo que se ha “atrasado”?, ¿que quieres decir?, pero no me respondía, así que confiaba simplemente en mi buen amigo. Cuando conocí a mi esposo, a las pocas semanas de la primera vez que mi ángel me lo dijo, él me contó que estaba viajando por todo Sudamérica y que en realidad debería haber llegado antes, pero hubo un par de veces que se “atrasó”… se me puso lo piel de gallina, le dije, ¿qué quieres decir con qué te atrasaste? y recuerdo que me dijo, bueno, por diferentes circunstancias, por ejemplo una vez me encontraba en un pueblo en Bolivia y perdí el bus porque llegué tarde y era un pueblo tan pequeñito y perdido que pasaba ¡un bus cada semana! y que así le habían sucedido un par de veces mas atrasos inesperados.
A Simón le encanta que les hable de él, porque siente que de esa forma ustedes también se conectarán con su ángel. Simón es muy curioso (eso lo escribo porque está mirando lo que les escribo detrás mío, :) ), no de verdad, es muy gracioso, la otra vez, en un showroom en el que participe y hablé de él, yo sabía que de alguna forma simpática él me iba a hacer notar que le gustó que lo mencione y saliendo, entré a una cafetería a comer algo y lo primero que me encuentro es este cuadro que me causó mucha gracia, ¡mi angelito superstar!
¿No es lindo?, ¡como no derretirse de amor por él!. Les cuento otra anécdota, el otro día, me invitaron a participar en un programa televisivo para hablar acerca de un tema de maternidad, la verdad, soy muy vergonzosa para eso pero terminó siendo en realidad muy gracioso, les cuento, yo justo estaba hablando con una amiga a la cual le decía que me moriría de la vergüenza si me llamaran de la televisión, en eso, minutos después, sonó mi teléfono y claro, era para invitarme a asistir a un programa de televisión… al momento supe que mi ángel estaba envuelto porque sentí una risilla detrás mío, como diciendo, ¿no que no?, jajajajaja, bueno, asistí, sabiendo que en algún momento algo relacionado con mi bello y maravilloso ángel iba a salir, cuando una de las entrevistadoras (fuera de cámara, claro), me pregunta y ¿como vas a llamar a tu Bebé?, ¿ya tienes nombre?, le dije, no, ¿me das una idea? a lo que ella me dijo, ay, yo tengo un nombre que es hermoso, bello y precioso… ¡SIMÓN!… jajajajajaja, ¡se imaginan! al momento todas las mujeres del estudio me dijeron, si! ¡¡¡Simón es un nombre hermoso, el más bello del mundo!!!, ay, ¡no les digo que es un chiste mi ángel!. Pero no, no lo voy a llamar Simón, jajajajaja, Simón es solo él, mi bello ángel.
Cuando mi hermoso Noah partió, Simón me consolaba… cada vez que lloro y siento desfallecer, lo llamo y le pido que me bañe con su energía… al momento siento como si me envolviera en sus alas y siento una paz… una increíble paz… y si me sucede en la cama, me quedo dormida ahí mismo… así de fuerte lo siento. Cuando estoy en el auto, le hablo, también le pregunto cosas, si me estoy alimentando bien, si mi Bebé está bien, siempre me responde y si no puede me lo dice… siempre respeta el libre albedrío, nunca me dice que hacer, cuando le pregunto específicamente que decisión tomar, nunca me dice cuál, él no puede tomar esa decisión, pero si me guía y me da mucha calma.
Recuerdan también cuando tuve mi viaje a cancun y en el aeropuerto me asusté mucho por mi Bebé y les conté que él al momento me dijo, ¿como puedes tener miedo, sabes cuántas personas estamos acá cuidando a tu Bebé?… lo amo, no hay nada que hacer y lo mas lindo es que ustedes, todas, ¡¡tienen su ángel de la guarda!!, ¡hablenle!, pídanle que los guíe, hablénle al ángel de sus hijos, pidiéndoles protección, no dejen de hablarles, siempre están junto a ustedes y poco a poco comenzaran a sentirlo o a abrir ese canal de comunicación, ¡¡ellos están ansiosos porque suceda!!
Las quiero un montón y ¡feliz día para su ángel también!