Los lunes son días raros, tras un fin de semana intenso de 48 horas ininterrumpidas de estar fusionados, de risas y juegos y besos y cariños y paseos, y fiestas en la cama y bailes en la alfombra y verbenas en la bañera, llega la mañana en la que volvemos a madrugar, la rutina nos coarta la holganza y regreso a un trabajo en el que el lunes no me parece ni placentero ni agraciado… Mis niños se despiertan y ya no estoy.
Es el día en el que cuando vuelvo a mediodía mi Princesa no se despega de mi, protesta y reclama atención y cariños extras, herida por la ausencia. Mi Princeso se enoja y exacerba y hace huelga de miradas y afectos hacia mi.
Es un día cansado de reconciliación con el mundo.
El lunes es un día raro…. pero hermoso, porque es el primer día de mi semana, la jornada en la que a flor de piel se siente la añoranza que nos tenemos, el amor que nos profesamos, es el comienzo del fin, y es que si no hubiese lunes mi semana no comenzaría y no terminaría nunca y el maravilloso viernes nunca llegaría, seguido de nuestros dos días de redención y asueto.
El lunes es nuestra esperanza, la certidumbre de que el mundo gira.
Feliz lunes, feliz comienzo de semana!
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