Feliz Navidad: algun@s personas aún desconocen el verdadero significado de éstas dos palabras. Unos las interpretamos como la luz de la estrella, que ilumina nuestros corazones en busca del camino que, después de un año que toca a su fin, es la suma de causas completas de casualidades y causalidades; otros las interpretamos como unos días entrañables en compañía de los seres a los que más amamos, queremos y a los que deseamos todo lo mejor en sus vidas. Y otros las conocemos por aquellos días que fueron y que nunca volverán a ser.
Cuando uno tiene lo más importante, lo material es secundario. La sociedad actual, su clase baja y media tienen lo principal: sus familias, sus amigos, una vida llena de vida y a color, repleta de valores y principios, como la ética y el valor. Ética para saber lo que está bien y lo que está mal y valor para saber afrontar las penas y enfrentarse a las dificultades, a veces producto de esas mismas penas.
La clase alta suele tener hipocresía, es vanidosa y solo comprende las relaciones familiares basadas en grandes regalos que tapan la falta de cariño a lo largo de todo un año. El poder del dinero tapa las deficiencias personales de aquellos que lo poseen, y normalmente, un buen regalo no suple otras cosas. Nos vuelve egoístas y vemos las cosas en blanco y negro: tiempos pasados fueron mejores, presentes ya no son lo que eran y el futuro es la proyección de este presente. Suele acabar en fuertes depresiones ahogadas en whisky de 25 años.
Ejemplos para un 2.015 mejor:
• Seamos sinceros: primero con nosotros mismos y demos ese reflejo, esa imagen a los demás. El que da quiere recibir algo a cambio. Espera una sonrisa, un abrazo gratificante, espera cariño, comprensión, gratitud… siempre se espera algo.
• Seamos soñadores: soñar invita a participar. Soñar es proyectar felicidad, rezar por uno o por los demás, creer que todo es mejorable. Soñar te hará crecer la bondad que se oculta en tu interior, muéstrala.
• Tengamos Fe: en cambiar las cosas, en mejorar el mundo en el que vives. En enseñar a los demás que las cosas pueden cambiar y que un todo está en evolución constante.
• Da tu amistad: la amistad es un don, una articulación más del amor. Quien da amor, recibe amor (aunque exista variante con dolor). La amistad no entiende de medias tintas, entiende de toda la gama de acuarelas y óleos.
• Ofrece tus valores: explica a los más pequeños tus alegrías de infancia, como te gusta colaborar en la escuela de tus hijos o compartir sus deberes con ellos. Disfruta viendo una película con ellos, aunque te sepas los diálogos de memoria. Explícales el porqué de las cosas, a fin de crezcan con la sabiduría de sus decisiones y las de tus palabras. Porque no hay mejor lección en esta vida que los tropiezos que uno tiene durante la misma.
El Enviado del 74 les desea Feliz Navidad y un buen año Nuevo 2.015
El Enviado del 74
Twitter: @Enviado74
Facebook: El Enviado del 74