Revista Cultura y Ocio
Ojalá pudiera decir que hoy en día disfruto la Navidad del mismo modo que cuando era pequeña. Para los niños siempre será la época de los regalos, pero para algunos se ha acabado, y eso no me gusta. Porque no es lo mismo. Y sí, probablemente me vean como un Grinch, pero es la realidad de mi naturaleza adolescente.
En seis meses más o menos, cumplo 18 años. Dieciocho. Lo que significa que tendré más responsabilidades de las que ahora tengo. Por ahora tengo un trabajo, pero cuando cumpla la mayoría de edad, tendré que conseguir un empleo verdadero. Y estoy ansiosa.
Ésta es la última Navidad que pasaré como una adolescente, y...¿qué puedo decir? Me siento nostálgica.
En mi familia ya no recibimos regalos como tradición, pero hemos aprendido a apreciar la convivencia y a atragantarnos. Estoy segura de que es la época perfecta para subir unos kilitos de más (¡vaya que hacen falta!) ¿Me pueden creer que no pusimos el pino hasta el mero 24 de diciembre? Bueno, pues créanlo.
Lamento no tener muchas palabras inspiradoras y bonitas para felicitarlos por este día, pero les deseo lo mejor. Sé que en España ya habrá pasado la Navidad, y ya es 26 de diciembre, pero aquí en México apenas son las seis y media de la tarde (¿noche?), así que el día no ha terminado.
¡Mis mejores deseos y felices fiestas!
Londres.