El año 2023 se acaba, y con él, llega el momento tan querido (y para algunos tan odiado) de las fiestas de Navidad y de Año Nuevo. Un momento del año en que damos rienda suelta a nuestros instintos de Gargantúa, donde pasamos a querer y dar besos a todo el mundo siguiendo el magnífico ejemplo de nuestros modélicos políticos durante las campañas electorales e, intentando hacer un acto de contrición inaudito durante el resto del año, nos proponemos firmemente que durante el próximo año iremos (¿más?) al gimnasio, dejaremos de fumar (el o la que fume, que no son pocos) y perderemos los 4 kilos que añadiremos a nuestra esbelta figura durante estos días de impostura consumista. Lo de hacer una seria reflexión sobre lo que nos ha dado de sí esta última vuelta al sol, si acaso ya lo haremos más adelante, que el asunto, por penoso, ya da bastante pereza...
Como quiera que, en el área mediterránea, el año (más allá de lo estricto administrativo) tiene tendencia a comenzar en septiembre (por aquello de que la estación más cruel y dura es el verano y no el invierno -y menos con el cambio climático en ciernes, ver El ancestral culto a la naturaleza del día de la Virgen de Agosto), para un servidor las Navidades y el cambio de año tienen la misma trascendencia de cambio de ciclo que la Semana Santa: un convencionalismo que cada uno toma a su gusto. Y es que, en una rueda que gira, nadie puede definir dónde empieza y dónde acaba ésta.
Sea como sea, y como soy mucho de plantillas y tradiciones (aunque después haga de mi capa un sayo con ellas), no puedo, por menos, que felicitaros estas fiestas y fechas transmitiéndoos mis mejores deseos. Deseos que, más allá de fórmulas manidas o carrinclonas, son totalmente sinceros, habida cuenta que lo que no quieras para ti no lo has de querer para los demás, ergo, lo que quieres para los demás lo has de querer para ti también. ¿Que soy complicado? Parece mentira que aún no me conozcan a estas alturas...
Dicho lo dicho... que os deseo que tengáis unas fiestas divertidas, provechosas, alegres y propicias, que las podáis pasar con vuestros seres queridos (tanto con los que están como con los que no están), cuidado con las gripes, los covids y las gastritis, y que el año 2024 venga cargado de ventura y dicha para todo el mundo.
Cuidaos mucho, gracias por estar ahí y nos seguimos leyendo, que la moneda, por mucho que nos entestemos, seguirá tozudamente dando vueltas entre el Carpe Diem y el Memento Mori.
Un fuerte abrazo.
-Ireneu-