Revista Cine
Director: Michael Curtiz
Ayer no hubo entrada porque mi mente no se pudo apartar de la presentación que debo hacer mañana para la universidad, el último escalón hacia la libertad (ja, ja, ja...), pero aunque hubiera estado libre no habría podido ver ni comentar nada porque parece que hubo un cumpleaños y los cabros chicos del pasaje estuvieron metiendo ruido todo el día. Hoy mi mente estuvo un poco más distendida, no del todo relajada, pero pude ver esta película de Michael Curtiz con buen ánimo. No es que realmente me importe esto que debo hacer, pero si me mandan buenas vibras, aunque sea en secreto, les estaré bastante agradecido a decir verdad. ¡Por fin se acaba el suplicio!
"Female" fue una producción algo complicada, pues el primer director que estuvo a cargo fue William Dieterle, quien debió abandonar su cargo debido a que cayó enfermo por algo. Su reemplazante fue William A. Wellman, quien de hecho filmó todo, pero luego Jack Warner vio el corte y, como no le gustó un actor, decidió reemplazarlo por otro. Como Wellman no estaba disponible para las re-filmaciones debido a compromisos con otro film, Michael Curtiz acudió al llamado. Aunque varias escenas de Wellman sobrevivieron en el montaje final, por ahí leí que la película es dos tercios material de Curtiz, razón por la cual se le dio el crédito como director sólo a él.Habiendo dicho esto, hablemos de la película que ahora nos convoca."Female" comienza siendo un interesante ejercicio de inversión de roles, protagonizado por una solvente Ruth Chatterton que interpreta a la avasalladora dueña de una fábrica de automóviles que maneja el negocio con mano dura, pulso firme, y que gusta de los deliciosos placeres de la vida. Toda una empresaria hedonista. En el inicio destacaba, además del retrato de la protagonista (desenfadada e indomable en su relación con el poder, con los engranajes del negocio: "trato a los hombres de la misma manera en que un hombre en mi posición trataría a las mujeres"), esta especie de dardo dirigido al centro mismo de una sociedad machista al que le cuesta aceptar a una mujer en un cargo poderoso. Esto se nota al inicio: un "camarero" lleva algo de beber a la sala de reuniones y un colega le dice que "the president" (lo digo en inglés porque la palabra no tiene género) está con un humor de perros; en la sala de reuniones, un tipo alto y de voz ronca, quien asumimos es el presidente de la compañía, habla frente a todos, reprochando cosas, su figura ocultando una parte del plano; el camarero entra a la sala, lleva el trago a "the president", pero se dirige a la parte oculta del plano, no al hombre que habla; ¿a quién le entrega el vaso? A una mujer... ¡¿una mujer presidenta?! Dalo por hecho, amigo... Pueden apreciar la forma en que se juega con la percepción social del espectador, ¿no?La cosa comienza a cambiar cuando se determina que el conflicto de la protagonista es la carencia de algo: a pesar del poder, del dinero, de los hombres que prueba a gusto, de la satisfacción que le provoca vivir exactamente de la manera que quiere, se siente vacía. ¿Qué le falta? El hombre adecuado, claro, tal como le dice una amiga al inicio. Un hombre que la quiera tal como ella es, no por lo que tiene; no por su dinero, por su empresa, por sus influencias, sino que por su personalidad. En eso aparece un galán que parece cumplir los requisitos, pero he acá el problema: no está interesado en ella porque se siente intimidado por su avasalladora manera de ser. "Prefiero yo ser el cazador", "prefiero yo ser el sostén del hogar, el proveedor, el protector". En este punto todavía tenía esperanza porque pensaba que a lo mejor la protagonista le diría "mira, sé que no te importa mi dinero y todo eso, que no eres un cazafortunas, pero aceptarme como soy es aceptar que me encanta ser dueña de una fábrica y mantener el control sobre mi vida". Pero no. Más que un ejercicio de inversión de roles, "Female" es un burdo y conservador ejercicio de re-acomodamiento de roles en donde la protagonista, para poder amar, debe convertirse en la esposa sumisa y frágil, añorar el cobijo de un hombre y dar un paso al costado para que él se haga cargo de aquellas cosas que, en primer lugar, nunca debieron caer en manos de una mujer (qué idea más descabellada, por dios). ¿Se imaginan esta historia protagonizada por el "hombre indicado"? Esta es la historia de un ingeniero que se enamora de la dueña de la fábrica que recién lo contrató, pero hay problemas porque ella no quiere dejar de ser la jefa, pero al final logra conquistar a la jefa y no sólo se casa con ella, ¡sino que también pasa a ser el nuevo dueño de la compañía! Todo un ganador, ¿no?
En cualquier caso, este desgraciado declive comienza a tomar forma a veinte minutos del final, así que los primeros cuarenta minutos son bastante disfrutables. Pero terminar contraviniendo los principios en que parecía sustentarse la película es para tirarse los pelos...La única parte que me gustó es aquella en donde la protagonista se muestra cómoda en su posición, invitando empleados a su mansión para llevarlos a la cama en escenas que tienen una pulsión sexual irresistible (y qué exquisita la ejecución formal: la cámara, la banda sonora), sin mencionar que el retrato de ella tiene un saludable sabor a inconformismo y subversión, como si gritara "al demonio con todo: soy la dueña de todo esto y vivo como se me dé la regalada gana". Lástima que se transforme en algo tan rancio, maldición. ¡Pudo haber sido una película completamente provocadora y agitadora, maldita sea!Período Pre-Código: ¡te quiero poco domesticado, por favor!
...¿cómo lo hace la gente que expone en las charlas TED?...