La respuesta a todas estas preguntas, en nuestro caso, es SÍ. Y a pesar de esto y cientos de situaciones similares en nuestro día a día, siempre hemos estado orgullosas de ser mujeres. Ahora, por fin, las mujeres estamos alzando la voz para denunciar la desigualdad, el acoso, la inseguridad e injusticia que el género femenino ha vivido no solamente en el pasado, sino también en nuestro siglo. Hoy tenemos esperanza en que esta situación vaya cambiando y deseamos que las generaciones siguientes encuentren un mundo mejor y más justo para las mujeres. Porque la revolución feminista ha comenzado. We can do it!

