Revista En Femenino

Feminicidios: Machismo, poder y control

Publicado el 09 abril 2010 por Daniela @lasdiosas
Feminicidios: Machismo, poder y control“A menos de 15 días de que una joven fuera hallada muerta dentro de bolsas de plástico, ayer otra joven apareció muerta en las mismas circunstancias dentro de un saco de arroz en Juliaca,” puede leerse en un periódico de Puno. (1) Una mujer hallada muerta en una maleta, otra encontrada muerta en la maletera de un auto, ambas en Lima, sin vida en un cerro en Arequipa, madre de familia cruelmente asesinada, encontraron el cadáver en la zona denominada potrero de Chilcamayo en Cajamarca, son algunas de las notas que narran asesinatos de mujeres en distintas regiones del país.
Cuerpos mutilados, asesinados, tirados en basurales, en cuevas ocultas, vidas arrancadas en el seno de lo que debería ser nuestro lugar más seguro, el propio hogar, son algunos de los 135 casos de feminicidio del año 2009 identificados en El Registro de Feminicidio del Ministerio Público, que ha sido recientemente publicado. (2)
La enorme cantidad de asesinatos de mujeres por razones de género no es algo que ocupe los titulares de los periódicos más serios, siendo generalmente tratados como un asunto delegado a los policiales, lo que refleja la perspectiva con la que suelen ser abordados estos asesinatos, sin que medie mayor análisis. Los datos que arroja el informe citado constituyen por ello un importante aporte para modificar esta perspectiva, colocando en el debate público estos hechos, no como asuntos aislados sino como una expresión extrema de los diferentes tipos de violencia que vivimos las mujeres en la sociedad. Vale señalar por ello que el feminicidio no es un asunto personal, un crimen pasional, producto de celos, como suele señalarse, o un asunto de un loco que un día se deschava y decide matar a la esposa, ex esposa, conviviente, etc. Más bien tiene que ver con una concepción jerárquica sobre la otra, con la idea de propiedad sobre las mujeres, sobre su sexualidad, sobre sus cuerpos, sobre sus vidas.
El 86.7% (117) de las mujeres asesinadas lo fueron en manos de alguien que las conocía o que decía amarlas, es decir fueron víctimas de un feminicidio intimo. (3) De estas, 93 mujeres fueron muertas por su pareja o ex pareja, por celos (48.4%), por resistirse a continuar con la relación (12.9%) o a reanudarla (6.5%), porque creyéndose el dueño de la mujer no concebía que haya iniciado otra relación (5.4%), porque no le daba el poder de decisión sobre su embarazo (3.2%), por gritar durante el acto sexual ( 1.1%), aunque parezca una razón que raya en la locura en este caso. En realidad el asesinato puede ocurrir por cualquier motivo que el hombre considere trastoca su control sobre la mujer, que pone en duda su poder sobre ella, concebida como objeto y no como sujeto autónomo.
Son los supuestos derechos de propiedad sobre la sexualidad y capacidad reproductiva de las mujeres lo que está en juego en estos crímenes. Y no es casual que la mayoría de feminicidios ocurren en la edad reproductiva de las mujeres. Como señala el informe, el 63% de las víctimas tenía entre 18 y 44 años, y el 18.5% eran menores de 18 años.
“Voy a hacerte una casa en el aire, solamente pa que vivas tu,” dice un viejo vallenato de Escalona, que expresa con total claridad el deseo de control sobre la mujer y su vida, de tenerla apartada con la excusa de protegerla. Como en contrarespuesta se nos viene la letra “El que te ama no te controla, no te controla” que cantan las mujeres de la batukada feminista en las marchas de marzo y de noviembre, la versión feminista del huayno Mi bella flor, el que te ama no te viola, no te mata, ni en tu casa ni fuera, agregamos. Siendo la casa en nuestros imaginarios el lugar seguro, el refugio, para muchas mujeres expuestas a la violencia se vuelve el más inseguro. Es en la propia casa donde ocurren la mayoría de los asesinatos como lo señala el informe: el 56.3% ocurrieron dentro de la casa y el 43.7% fuera, en alguna zona desolada, en alguna calle, un hostal o vehículo.
Es interesante notar que en los casos de feminicidio no íntimo, es decir aquellos cometidos por alguien que no tienen relación familiar o conyugal con la víctima, hay una estrecha relación con lo sexual. En el 29.4% de los casos, el homicida mató a su víctima después de violarla, en el 17.6% de los casos porque ésta se resistió a tener relaciones, y en otros para abusar sexualmente de la hija de la víctima, para evitar ser denunciado por abuso sexual o porque la mujer se burló de su virilidad mientras mantenían relaciones sexuales. El punto es humillarla, demostrarle quien tiene el poder, porque la violación no es una cuestión de placer sino de poder, producto de una construcción cultural en la cual las relaciones entre hombres y mujeres siguen las coordenadas de la subordinación y el sometimiento, de la objetualización y el abuso, que pese a los cambios que se están dado continúan reproduciéndose. No es que todos los hombres vayan a ser violadores o asesinos, por suerte, pero lo que sí es cierto es que para quienes conciben a la mujer como objeto de su uso o su propiedad, un feminicidio es siempre una posibilidad y puede pasar en cualquier sector social. Los feminicidas no son tampoco locos alterados fácilmente identificables, sino que pueden ser cualquiera, personas normales, sin una patología reconocible.
Se dirá sin duda que el número de homicidios de los hombres constituye un problema mayor, pues alcanza la cifra 1068 en el mismo período. Pero si examinamos las motivaciones, notaremos que tienen que ver con robo, venganza, ajuste de cuentas, enfrentamiento con la policía, entre pandillas, defensa propia y sólo el 1.2% tiene que ver con celos. La diferencia para el caso de las mujeres es ostensible y eso que no hemos hablado de los intentos fallidos de feminicidio, que llegan a 55 víctimas, que como en los casos en que se concretó el hecho, ocurrieron también en su mayoría dentro de la casa (65%) y un 40% fue motivado por celos, el 14.6% por la resistencia de la víctima a continuar o reanudar la relación con su agresor y el 5.4% por odio hacia ella o su familia.
El informe del Ministerio Público permite evidenciar las desigualdades entre hombres y mujeres, las relaciones inequitativas de poder y el daño que ocasiona a la sociedad, a las familias, el que en tiempos supuestamente de paz, las mujeres, debido a la violencia que sufren, parecen vivir en tiempos de guerra. Habrá que preguntarse qué se hará con esta información, cómo hacer para cambiar el marco interpretativo de la mayoría que considera los feminicidios como un crímenes pasionales y asunto policiales, qué se hará para cambiar las instituciones, los mecanismos que refuerzan el control de la sexualidad de las mujeres, como la escuela, la familia, la iglesia.
En ese sentido, la reciente exigencia de renuncia al Ministro de Salud por parte del Cardenal Cipriani por disponer la distribución gratuita de las AOE es una expresión de ese intento de control. Control que algunos quieren llevar a dimensiones inimaginables, expropiando el cuerpo de las mujeres, considerándolas meras incubadoras, como lo pretende en Santiago de Estero en Argentina un diputado que presentó un proyecto de ley solicitando que se declare al útero de la mujer y a sus órganos reproductivos ‘ambiente protegido’. Ojalá no se le ocurra a algún nuevo iluminado acá emular ese ejemplo y más bien se legisle para reducir las brechas y las inequidades y para que las mujeres seamos dueñas de nuestro cuerpo, completas protagonistas de nuestras vidas, viviendo en nuestras casas con seguridad, sin que nadie tenga excusas para construirnos casas en el aire y apartarnos de la posibilidad de construir nuevas y mejores formas de relacionarnos entre hombres y mujeres, que no entrañen subordinación y dominación, dolor y sufrimiento.
Por Rosa Montalvo ReinosoFuente: NoticiasSer,pe
[email protected]La Ciudad de las Diosas
Notas
(1) José Lopez Rojas, “La mataron por celos”, Los Andes, 11 de marzo del 2010 http://www.losandes.com.pe/Policial/20100311/33844.html
(2) Rocío Villanueva Flores, El Registro de Feminicidio del Ministerio Público: Enero-Diciembre 2009, Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, Lima, 2010 http://www.mpfn.gob.pe/descargas/feminicidioENE2008_DIC2009_REG.pdf
(3) Se llama feminicidio íntimo a aquellos asesinatos que involucran una relación entre el autor y la víctima, no solamente amorosa o conyugal sino también incluye las muertes perpetradas un miembro de la familia, padre, hermano, primo, etc..

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