Fermín Trujillo es un espetero y pícaro de playa de Torremolinos (Málaga) que cuenta con dos especialidades: los espetos y el "coni lengüi". Esta habilidad le ha llevado a empotrarse a 1000 1500 2000 mujeres, pero se ha empotrado a cada orco que para él queda.
Es padre de Lola Reynolds, una actriz que sale en Internado mugriento sangriento.
Perdió la virginidad a los 15 años en un encontronazo con la actriz Estela Reynolds, la famosa actriz cuando grababa Desembraga a Fondo.
Aquella quedó inesperadamente embarazada. Bueno no tanto, ya que lo hicieron a pelo. Pero ella siguió su camino y le hizo creer que su hija era monguer y que tenía que pagarle un colegio especial. En realidad esa era la excusa para sacarle la pensión.
Un tiempo después montó un negocio de vehículos a pedales. Tenía todo una flota de pedales y una salchicha acuática. Lo que pasa que claro, no le daba para la lancha y tirar de la salchicha a pedales pues no tenía emoción ninguna.
Después de una pareja de turistas belgas la palmaran se sintió un poco responsable y empezó a trabajar en un chiringuito como espetero.
Se lió con una prostituta rumana que era prostituta, se casó con ella y la sacó de la calle. A partir de entonces se puso como un tonel porque no hacía nada en la casa, salvo estar tirada en el sofá o en la cama durmiendo tocándose el "jigo".
No parecía tener muy buena relación con ella, porque siempre se andaban tirando los trastos a la cabeza. Aquella relación acabó cuando, en un giro dramático de los acontecimientos, su yerno lo vino a buscar.
Tras todo esto Lola lo invitó a quedarse unos diítas y él aceptó.
Como buen empresario de éxito que era, compró una barca y fundó. A pesar de echarle muchos billetes aquello no término de cuajar.
Entonces su hija echó los billetes para que fuera el propietario de un bar llamado Max & Henry, aunque hay quien dice que es una tapadera y que en realidad es un miembro de la célula terrorista de Los Payasos justicieros.