https://www.candaya.com/libro/teoria-del-tacto/
Un libro que estaba leyendo mamá cuando murió papá, ¿es capaz de volver a matar?; un hombre con un exagerado complejo de Edipo tiene que enterrar a mamá; una joven alquila su vientre; un hombre intenta olvidar a su ex acostándose con una desconocida; una pareja no acepta la muerte del hijo; una hija visita la casa de sus padres recién fallecidos; una mujer puede seguir la vida de la anterior inquilina de la casa por su correspondencia; una mujer algo desquiciada pare frutos secos; un mayordomo convive con el fantasma de la sirvienta y unos lirios asesinos; justo cuando una mujer mayor necesita cuidados no da con sus hijas; una hija busca a su padre; una mujer en silla de ruedas sueña que vuela con silla y todo; una mujer y la figura de yeso; una condenada en el castillo; una mujer percibe la muerte de un cascarudo como el cambio de patrón de sus parejas; una hija que acompaña a su madre moribunda en el hospital; una mujer recuerda un episodio de juventud en casa de una amiga; Palmira pide un vestido a su vecino; un año nuevo con mamá internada por una fractura de cadera; un anciano quiere llamar al amor de su vida; un amor mediado por pantallas; una carta con tachaduras; una mujer que lee el diario de su marido fallecido; una mujer que queda viuda y siente por fin la libertad; una mujer y su relación con el teléfono; la relación entre una gaviota y una mujer embarazada; una mujer que habla de su vida partida en dos continentes.
Breves cuentos de situaciones, a veces apenas una postal. Postales en prosa, pues, siempre enrarecidas, que muestran relaciones familiares y asuntos del cuerpo narrados con mirada desquiciada o con momentos glichtes. Hay otros que adivino autoficcionales con aires a lo Lucia Berlin. La prosa de García Lao tiene el don de la poiesis: crea un imaginario notablemente sorprendente con frases cortas y afiladas.
"La imagen de él había menguado, era como un ser de bolsillo, una moneda: su cara y su cruz." ("Errado el tiro")
"Ayúdame a sacarme la piel, quiero estar descalza." ("Esto es el vacío")
"Te llamo a voces. Como no hay viento, el llamado se cae al piso." ("Caza y pesca")
"En sus cuerpos siempre hay una siesta por venir." ("Mis dos hemisferios")