Revista Religión

FERNÁNDEZ VALLINA, E.-HEREDIA SORIANO, A. (coords.), Los santos en la Universidad de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca 2022

Por Joseantoniobenito

FERNÁNDEZ VALLINA, E.-HEREDIA SORIANO, A. (coords.), Los santos en la Universidad de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca 2022

FERNÁNDEZ VALLINA, E.-HEREDIA SORIANO, A. (coords.), Los santos en la Universidad de Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca 2022, 270 pp.

Aunque toda la ciudad de Salamanca se funde y confunde con su Universidad y ésta la abraza y vivifica, siempre se adivinan los latidos que perfilan su corazón institucional. Y nadie ha amado tanto ni ensanchado su razón como los santos que han aprendido y enseñado en su alma máter. Convenido el año 1218 como el de su fundación por el rey Alfonso IX de León y considerada como la más antigua de las universidades hispanas existentes, sus más de ocho siglos de historia a sus espaldas, le dan autoridad para hacer vigente su lema: "Salamanca enseña". Sus aulas han visto casi de todo y por ellas han pasado personalidades de todo tipo y de todos los ámbitos, léase Unamuno, Nebrija o Fray Luis; Hernán Cortés, Vasco de Quiroga o Palafox; Vitoria, Mogrovejo o Martínez Compañón.

En el presente volumen, la Universidad de Salamanca recoge la biografía de quince personas que tienen el título de Santidad o están cerca de serlo como homenaje y reconocimiento por su contribución a la historia del Estudio mayor charro. Sus coordinadores -con motivo de su presentación en los medios- reconocen la importancia de una obra pionera que pretende ser un "reconocimiento que la Universidad les hace porque ellos le dieron relevancia a la USAL". Se trata de la biografía de quince personajes que "tuvieron una inteligencia extraordinaria y fueron predicadores insignes, escritores y pioneros en muchos aspectos. Los santos también son héroes, héroes cristianos, pero héroes al fin y al cabo, Este libro refleja la intrahistoria de la Universidad. Entramos en los vericuetos de la USAL y de su historia por un lado desconocido".

Y no puedo por menos de alegrarme al contemplar que dedican un capítulo -más que merecido- a santo Toribio Mogrovejo, redactado por el Dr. Enrique Cabero Morán, profesor titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, quien ha visitado el Perú para escribirlo y aporta valiosos testimonios del año 2012, en el que las universidades salmantina y San Marcos se hermanaron por la investidura como doctor honoris causa de uno de sus maestros.

Presenta la obra su vicerrector de relaciones internacionales Efrem Yildiz quien califica a los santos como "ejemplos de contemplación y entrega al estudio" (6-7), enfatizando que son un ejemplo a seguir porque "aun siendo hombres y mujeres sencillos, desprendían una fuerza interior extraordinaria y arrolladora que los convirtió en personales especiales, escogidas, separadas y apartadas para cumplir una misión indefinida…para alcanzar la santidad por su ejemplo de vida entrega al estudio y la contemplación"

El "Preámbulo" corre a cargo de Emiliano Fernández Vallina, quien pondera que se trata de "un homenaje de la Universidad y a la Universidad" por haber sido capaz engendrar en sus aulas "los afanes y la forja de unos hombres excepcionales por su valía, unos espíritus extraordinarios que, formados en las aulas salmantinas y respirando los aires académicos, supieron dar al mundo lo mejor de sí mismos y muestras de una humanidad inmejorable, unida de modo muy diverso en cada vida concreta a los más altos dones sobrenaturales" ( (8-13). Nos brinda un resumen de la obra señalando "los aspectos irrenunciables que han de exponerse en las andanzas detales santos", por ejemplo de santo Toribio "su talento para la gestión, sus continuos e increíbles, por lo cuantiosos, viajes pastorales, su actuación como jurista, sus dotes de organización, su adelantada promoción de las lenguas indígenas, sus promociones culturales, su creativa evangelización" (p.11). Enfatiza también cómo más de uno tuvo intención de llevar al nuevo continente la fuerza de la evangelización, ir a ultramar a esparcir la misión a ellos confiada, aunque solo a dos de ellos les fue posible consumar su ministerio en la ansiada América. Por último, señala los rasgos comunes a los santos como "una cercanía, un talante próximo a la gente del pueblo, su amor y su acción concretísima a favor de los pobres, de lso desvalidos, de los enfermos, de los necesitados. Con la mayor sinceridad nos indica que "sin asomo alguno de confesionalidad ni proselitismo, se sentirían completamente satisfechos si las páginas que siguen pudieran ofrecer caminos, ideas, deseos de ser como esos santos, amadores de Dios, caritativos con lo semejantes… Y es que, durante mucho tiempo ser reconocido como santo fue el reconocimiento más importante que podía conseguir una persona, por lo que estos quince personajes son "un grupo de personas que más allá de su fe han desarrollado acciones como pocas y han conseguido un reconocimiento internacional.

Enrique Cabero Morán nos habla "Sobre el cielo de Salamanca" (14-15) rescatando el rol de la Real Capilla de San Jerónimo como la propulsora de esta obra desde el 2018 "bajo el cielo de Salamanca" de Fernando Gallego -siglo XVI- y la pintura del "Juramento de la Purísima Concepción" (1763) de Francesco Caccianiga.

Se trata de 14 hombres y una mujer, Santa Teresa de Jesús, que, aunque no fue ni profesora  ni alumna, forma parte de la Universidad de Salamanca como miembro de su claustro. Comparto los nombres de los santos elegidos con una breve síntesis, así como el nombre y apellidos de sus autores.

1. San Juan de Sahagún (1430-1479), por Emiliano Fernández Vallina (USAL);

Juan de Sahagún llegó a Salamanca con 25 años y comenzó sus estudios en la Universidad de Salamanca hacia 1457 y 1458. Desde entonces, su nombre siempre estuvo ligado a la ciudad charra, de la que es patrón. Fue beatificado por el papa Clemente VIII en 1601 y canonizado por el papa Alejandro VIII en 1691. Famosos son sus logros en la capital salmantina, donde consiguió apaciguar el enfrentamiento entre Los Bandos y, con sus oraciones, librar a la ciudad de la peste del tifus negro. Recordados son también sus dos milagros: elevar el nivel del agua de un pozo para salvar a un niño que se había caído en él y detener a un toro bravo que se había escapado por las calles de la ciudad. Dos calles recuerdan estos acontecimientos: Pozo Amarillo y Tentenecio.

2. Santo Tomás de Villanueva (1486-1555), por Francisco Javier Campos (OSA. R. C. Universitario de El Escorial);

Tomás García Martínez ingresó en la Orden de San Agustín de Salamanca en 1516 y fue profesor de la USAL, consejero y confesor de Carlos I. Tuvo éxtasis místicos en misa cuando rezaba los salmos. Fue canonizado en 1658 por el papa Alejandro VII.

3. San Pedro de Alcántara (1499-1562), por Salvador Andrés Ordax (UVA); 

Estudió leyes en la Universidad de Salamanca, aunque tomó el hábito en 1515. Fundó el convento más pequeño del mundo y fue muy querido por todos los fieles de los lugares que visitó. Fue beatificado por el Papa Gregorio XV en 1622 y canonizado por Clemente IX en 1669.

4. San Juan de Ávila (1500-1569). Doctor de la Iglesia, por Mª Jesús Fernández Cordero (UPCO);

Fue un sacerdote y escritor muy influyente en su tiempo. Llegó a Salamanca en 1514 para estudiar leyes, aunque lo dejó a los cuatro años debido a su devoción. Fue beatificado en 1894 por el papa León XIII, mientras que en 1946 Pío XII lo declaró Patrono del clero secular español y Pablo VI lo canonizó en 1970. Además, fue declarado Doctor de la Iglesia en 2012 por el papa Benedicto XVI.

5. San Alonso de Orozco(1500-1591), por Teófilo Viñas Román (OSA. Monasterio de El Escorial); 

Es otro de los grandes escritores místicos del Siglo de Oro y también fue estudiante de la Universidad de Salamanca. Contó que comenzó escribir tras un sueño en el que la Virgen le ordenaba que escribiera. Fue nombrado beato por el papa León XIII en 1882 y canonizado por Juan Pablo II en 2002.

6. Santa Teresa de Jesús (1515-1582). Doctora. de la Iglesia y honoris causa por la Universidad de Salamanca, por Mª Jesús Mancho (USAL); 

Santa Teresa es, sin duda, una de las grandes místicas de su tiempo y una mujer pionera en su vida. Aunque no pisó las aulas de la Universidad de Salamanca, forma parte de su claustro y es la primera mujer nombrada Doctora Honoris Causa en la institución académica salmantina hace ahora cien años.

7. San Juan de Ribera(1532-1611), por Antonio Carreras Panchón (USAL

Estudiante de la Universidad de Salamanca, fue uno de los personajes más influyentes de su tiempo, en el que se produjo la Contrarreforma de la Iglesia católica. Fue beatificado en 1796 y canonizado por el papa Juan XXIII en 1960.

8. Santo Toribio de Mogrovejo (1538-1606), por Enrique Cabero Morán (USAL); 

Estudió en la Universidad de Salamanca, de la que también llegó a ser profesor de Leyes. Además de sacerdote, arzobispo y misionero, fue designado como inquisidor general de Granada. Fue beatificado en 1679 por el papa Inocencio XI y canonizado en 1726 por el papa Benedicto XIII.

9. San Juan de la Cruz (1542-1591). Doctor de la Iglesia, por Elena Llamas Pombo (USAL).

Es, junto con Santa Teresa, cumbre de la mística cristiana y cuyos poemas se han convertido en obras cumbre de la literatura española. Fue estudiante de la Universidad de Salamanca, beatificado en 1675 por Clemente X y canonizado por Benedicto XIII en 1726. Además, en 1926 Pío XI lo proclamó Doctor de la Iglesia Universal.

10. San Simón de Rojas 1552-1624), por Pedro Aliaga Asensio, (OSST. Roma.)

Destacó por su intelecto como estudiante de la Universidad de Salamanca, donde también llegó a ser profesor al hacerse cargo de las clases de Marcos de Sepúlveda durante su ausencia. Fue un gran devoto de la Virgen y fundó la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María para el servicio de pobres y enfermos de Madrid. Fue beatificado por Clemente XIII en 1766 y canonizado por el papa Juan Pablo II en 1988.

11. San Miguel de los Santos(1591-1625), por Isidoro Murciego (OSST. Roma); 

Este trinitario es reconocido por sus experiencias místicas. Estudió teología en la Universidad de Salamanca en torno a 1614, donde vivió una de sus experiencias místicas más reconocidos. Según cuentan, asistía a una clase del maestro Antolínez cuando dio un grito y entró en éxtasis. En ese momento quedó elvado del suelo sobre la cabeza del resto de alumnos durante más de un cuarto de hora. Su profesor dijo: "Cuando un alma está llena del amor de Dios, difícilmente lo puede ocultar". Fue canonizado por el papa Pío IX en 1862.

12. Juan de Palafox y Mendoza(1600-1659), por Antonio Heredia Soriano. (USAL);

Otro estudiante de la Universidad de Salamanca que se convirtió en un hombre influyente en su tiempo. Fue obispo en Tlaxcala, en la Nueva España, donde destacó por sus esfuerzos en proteger a la población indígena.

13. Marie-Joseph Lagrange (1855-1938), por Ricardo de Luis Carballada (OP. Salamanca); 

Fue un teólogo francés que llegó a Salamanca tras la expulsión de los dominicos del país galo. Aquí fue estudiante de la Universidad de Salamanca y, posteriormente, fue destinado a Jerusalén para participar en la fundación de la Escuela Bíblica.

14. Juan González Arintero (1860-1928), por Manuel Ángel Martínez Juan (OP. Salamanca);

Sacerdote y teólogo, fue estudiante de la Universidad de Salamanca entre 1881 y 1886. Su trabajo contribuyó a la restauración de los estudios místicos en España a comienzos del siglo XX y destacó por conciliar la fe y los postulados científicos.

15. Beato José Polo Benito (1879-1936), por Mercedes Samaniego Boneu (USAL).

Clérigo y escritor salmantino, fue el promotor del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes en 1922. Fue catedrático de la Universidad de Salamanca y realizó una intensa actividad intelectual y periodística. Fue condecorado con la Cruz de Oro del Santo Sepulcro de Jerusalén y beatificado por el papa Benedicto XVI en 2007. La calle Deán Polo Benito recuerda su figura en el callejero de la capital charra.

Ni son todos los que están ni están todos los que son. Baste recordar al Beato Álvaro de Córdoba o al , dominico o Tata Vasco de Quiroga de Madrigal…Pero quiero felicitar a mi alma mater por esta empeñosa iniciativa de homenajear a modo de orla sobresaliente a destacados miembros de su comunidad universitarios, profesores y alumnos, que han alcanzado la cima de los valores humanos y cristianos, con una merecida matrícula de honor en el rubro de la santidad. Sus biógrafos han buscado lo mejor de las fuentes de archivo y bibliografía, compartiéndonos acabadas semblanzas biográficas, que sin ser artículos científicos ni hagiográficos nos trazan lo mejor de sus vidas, las claves de su vocación y misión, su aporte académico, vital, espiritual. Su esmerada edición, tipografía, ilustración, facilitan la lectura ya de por sí sabrosa por su sustancioso contenido y atractivo estilo. Gracias


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