Revista Opinión
Fernando Abril Martorell, nació en València, el 31 de agosto de 1936 y murió en Madrid, el 16 de febrero del 1998. Estudió en Madrid y se casó con una segoviana “María Hernández” con la que tuvo 6 hijos, vivió primero en Segovia y más tarde por trabajo se trasladó a Madrid. Se sintió siempre valenciano, desde cuando en sus primeras elecciones le llamaban “el valenciano” nunca olvido su amor por la terreta, volviendo siempre que podía a ella.
Hizo la carrera de Ingeniero agrónomo y también consiguió un doctorado en Ciencias Políticas. Nombrado presidente de la Diputación de Segovia en 1969, fue gobernador civil, Vicepresidente del gobierno en dos periodos, ministro de Economía y de Agricultura, Senador y diputado por UCD. Presidió Unión Naval de Levante y Aguas de Valencia. Y con Adolfo Suárez siempre mantuvo una estrecha amistad.
La época que le tocó vivir como político fue muy complicado, eran los tiempos de la Reforma Política, la legalización del PC, las elecciones del 15 de junio de 1997, los pactos de la Moncloa y momentos muy duros con los asesinatos de la ETA, pero cabe destacar un texto Constitucional. Le tocó gobernar con dos crisis económicas, tuvo que sacar a flote a la industria, conformando una clase sindical y empresarial.
Porque todo había que crearlo desde cero. Su terminación, capacidad y valentía de trabajo para afrontar todos los compromisos, además de su lealtad a Suarez y sus ideas fueron decisivas en la política de la transición. Consiguió la bolsa para Valencia, dándonos una gran importancia financiera como Madrid y Barcelona y Bilbao. Este gran valenciano, jamás hubiera permitido la desaparición de nuestro sistema financiero…alguna cosa habría hecho. Reflotó Unión de Levante que la presidió desde 1983 hasta 1998.
Estando muy enfermo y recibiendo sesiones de quimioterapia, viajó hasta Valencia para atender el desastre del buque Proof Spitit “El 3 de julio de 1997 un accidente laboral evitable acabó con 18 vidas en el puerto de Valencia". Y a pesar de lo avanzado de su enfermedad estuvo luchando y defendiendo nuestro estatuto de autonomía hasta el último momento.
Fue un ser humano decente y admirado y respetado incluso por sus enemigos políticos. La Generalitat Valencia le concedió su alta distinción y también tiene una calle a su nombre. Los valencianos somos más dados a tener en cuenta a los de fuera que los de casa. Conozcamos a las personas que ha dejado una huella positiva, de ciencia, concordia y en defensa de nuestros labore. El mensaje de Abril Martorell fue claro: concordia y tesón. Aprendamos algo de un buen hombre y buen valenciano.
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