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Fernando Alonso, Príncipe de los Creyentes

Publicado el 10 octubre 2011 por Martinherzog
Fernando Alonso, Príncipe de los CreyentesVisionando la carrera de Suzuka 2011, un pellizquito en mi alma me incordiaba cada vez más, según transcurrían las vueltas, cuando por fin me aseguré que el Ferrari iba como un tiro, en velocidad punta, en curvas rápidas, en curvas lentas, muy bien en cuidado de neumáticos, etc.
Todos vimos la forma en que el desgaste de neumáticos afectaba de forma diferente a los mismos pilotos de un equipo, evidente con las parejas Button-Hamilton, Pérez-Kobayashi y Vettel-Webber. El mismo coche, pero diferentes formas de conducir y cuidar los elementos disponibles, o sea, el monoplaza.
Y ya me hice la maldita pregunta que me rondaba la mente ¿y si Aldo Costa y más tarde Pat Fry no son tan malos y resulta que han hecho bien su trabajo, haciendo verdaderamente rápido el Ferrari, un coche limpio de formas y simple en su concepción?
Nos están vendiendo desde Ferrari y círculos alonsistas lo bueno que es Fernando Alonso y que el nivel real del coche es, inequívocamente, el que muestra Felipe Massa. Y ahora me entra la duda ¿y si el nivel real del monoplaza es el mostrado por Fernando Alonso, desmitificando esa concepción sobrehumana de que goza el Príncipe de los Creyentes? ¿y si resulta que gran parte de los problemas del coche durante este año no sean tales, y que simplemente sean problemas de adaptación de los pilotos al coche?
Como resultado de ello, llegamos a una posible verdad muy desagradable: que Fernando Alonso no resulta el maravilloso piloto que muchos dicen, y que Felipe Massa, con su lamentable desempeño en la pista, está sacando un nefasto rendimiento de un muy buen coche y que es incapaz de comprender el funcionamiento de un sacapuntas; así de malo sería el pobre Felipe y así de no tan bueno el piloto asturiano.
Estamos hartos de oir lo de que en este deporte no existen los superhombres, y que si no tienes una buena máquina debajo de tu culo, no te puedes plantear ganar una carrera. Ese dicho únicamente se obvia cuando nos referimos a Fernando Alonso, al que se le presuponen superpoderes para sacar oro de donde sólo hay basura. Si examinamos la temporada 2011, hasta el día de hoy, Alonso ha quedado de media en la posición cuarta, ganando una carrera y consiguiendo podios desde la cuarta carrera. Se ha enfrentado a los coches supuestamente muy superiores con relativa solvencia, inquietándoles y venciéndoles en varias ocasiones. No, perdónenme, pero eso no existe en las modernas carreras de F1, y si te muestras peligroso para el primero, es que puedes llegar a tener casi su ritmo ¿en eso estamos todavía que no hemos abierto los ojos desde 2007, que empezaron a llorar Alonso y sus apegados sobre lo malos que son los demás, lo bueno que es él y lo hororosos que son los coches que le dan?
Cada cual que crea lo que quiera, pero yo salgo reforzado de estas últimas citas, y creo que Costa no es tan patético como me había empeñado en creer, que Alonso ha fallado mucho en esta temporada, sin sacarle a su Ferrari todo el jugo que tenía la máquina, y que Felipe Massa ha bajado varios escalones y se ha convertido en un aprendiz de piloto, siendo menos sólido en carrera que un vasito de gelatina y perdiendo toda la poca dignidad que le quedaba, siendo apaleado una y otra vez... y poniendo la espalda.
El joven pistolero, sobreactuado en sus modos para asustar y no llegar al enfrentamiento real, en el que quedan en evidencia sus malas habilidades y su cobardía, contando únicamente con la ayuda fraudulenta del hombre que mató a Liberty Valance.
Fernando Alonso, Príncipe de los Creyentes

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