Revista Literatura

Fernando Escobar Páez, Chiquito

Por Griseldagarcia
Fernando Escobar Páez, Chiquito
Fernando Escobar Páez, Chiquito
Volverse loco es como no haber nacidoY hasta es cómico:Pasar del confinamiento del útero al confinamiento del manicomio.
Osvaldo Lamborghini
Cada vez que escribome convierto en peor persona,cuando no lo consigo   solo soy un fracasado inocente   añorando la mierda     que marca su frente,mi sombra más puercadonde solo la venganza me vuelve hermoso,lo que no pude ser,aplauso genéricocuando me quejoobedeciendo mi supuesta herencia judíaque –además de la nariz ganchuda-justificaría mi proverbial culto a los muros   inutilidad para jugar al fútbol   temor al mar   y mi verga chiquita de tanta culpatanta pero tanta tanta   culpaque solo es visible cuando le sonríe una pantalla,todo un Alexander Portnoy pero posmoderno y más pajero todavía.
Madre, dile a esa puta que no me mande más fotos en tangaque mis trabajadoras manos se estancan   de tanta tanga,yo demasiado culpable para secarme bieny no dejar pegajoso el teclado   que luego usarán padre, hermana y empleadapara mandar e-mails donde notifiquen a los medios de comunicaciónque ya mismo consigo trabajo honesto,que mis treinta años no han sido tan fieros,solo confusión y alcoholismo que no hace mucho dañoporque sigo siendo chiquito como un pene mal circuncidado,   tan chiquitoque no lastimaa nadie más que a mí mismo,y que a veces hasta llevo dinero a la casa   con esa farsa de la literatura, aunque pareciera que trabajo en ese shawarmadonde siempre me encuentran fumando lechugay con siete botellas menos,las manos como servilleta viejallenas de ceniza y orines ajenos   como mi futurocuando al fin ustedes se decidana mandarme a la casita de la verga,porque solo les presento chicas ebriasa las que no siempre me culeo,y a veces familia quisiera nietosque no se parezcan a mí,porque entre mi tío muerto y yonos hemos bebido mínimo tres ríos Jordan y un Mar Muertoy mi primo va por el mismo camino.
¡Vergüenza!   ¡vergüenza!     ¡vergüenza!en el vasito de cervezaque me pego lunes en la mañana   porque si me quedo en casapongo en la compu la foto en tanga que me mandó esa pendejita que no me folléy aunque me moje la verga,   no se me quita la sed del cráneo,y que pereza hacer la tesis o buscar trabajocuando uno se siente tan chiquito y secocomo la cadena de pixeles rojosque cubren ese pubis playero    que jamás oleré.
Mejor beberse la culpay bancarse la puteada de madre judíacuando llegue ebrio y chiropeor que egipcio en fiestas de Setha fingir que duermo y no sientolos paraísos muertosdonde yo tenía churosy era el mejor alumno al que todos sus compañeros golpeaban,pero que era admirado por su madre, pese a que nunca escribió
un solo poema decente.Fernando Escobar Páez (Quito, 1982), Escúpeme en la vergaAntrología de textículos, 2002 – 2012.

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