Revista Cultura y Ocio

Fernando lópez guisado

Por Acalvogalan
FERNANDO LÓPEZ GUISADOMencionado por:Rafael González Serrano
Menciona a:Manuel Lacarta SalvadorAna Ares David MorelloDavid MinayoDaniel Romero CampoyCarlos BernabeuAlfonso BrezmesFélix JiménezFrancisco J. CastañónJosé Luis TorregoLuis LlorenteJosé Luis Nieto ArandaJoan Payeras PuyolJosé Luis EscuderoEmilio González MartínezAriadna GarcíaElena PeraltaFrank G. Rubio
Bio-bibliografíaAgitador cultural que combina escritura y crítica con la Imagen para el Diagnóstico. Ha publicado los siguientes poemarios: Aromas de Soledad, El Altar de los Siglos, Porque nunca fue suyo [Alacena Roja, digital]. Del más reciente, La Letra Perdida (Vitruvio, 2012), se realizó un reportaje en El Mundo. Aparece en las antologías: Los jueves literarios de la casa del libro, Memoria y euforia, Una mirada escrita, Ilusionaria 3, Historias del Dragón y 2099-b. Organiza, junto a los escritores Elena Muñoz y José Guadalajara, el Ciclo Café Literario de Rivas. Colabora con diversos medios. Conduce la bitácora Buenas noches Nueva Orleans. Es director académico de la Academia y Agencia Literaria Letras Vivas. Durante las noches de invierno, brilla por la radiación acumulada.
PoéticaTodo es canto: ritmo y tripas. La captura de lo invisible. Hay otro mundo, que pasa inadvertido la mayor parte del tiempo y, por lo general, para la mayor parte de la gente; descubro, de pronto, destellos de ese mundo invisible, e intento capturarlos, que perduren. Poesía lo es todo: conocimiento, vibración, la caja de resonancia del universo, el beso del Demiurgo. También comunicación y mi forma de expresión, mi coche (quiero mucho a mi coche, lo necesito, no podría desplazarme sin él). 
PoemasBajo los tilos
Bajo los tiloslo supe.
Aunque sucediera el hielo y enmudecieran las estaciones.En esa avenida de mi alma el cielo siempre será un aplauso de hojascon nuestras manos juntas, como besándose,temiendo quizá perder un sueño si aflojan ese abrazo inadvertido.
Eso es el poema:preservado momento;siempre rebrotandoincombustible,aguardándote.Reconstruyéndose en cada futuro.Deconstruyéndose en cada sonido.
Como ambos entonces, en aquel juniosincero, fresco, paseando en silencio,cogidos de la mano, bajo los tilos.-Pertenece a La letra perdida (2012, Ed. Vitruvio).
Despertador
Entre los precipicios de la madrugada hay momentos en los que el mundo deja de existir. Todo parece detenerse.Son recuerdos fugaces de un eco más anciano que el universo.Sufro la maldición de tomar conciencia en esos instantes. Me mantengo inmóvil, haciéndome el dormido para que la oscuridad no me devore.Finjo que no escucho susurrar a sus sirvientes por el cuartobajo los latidos de mi propio corazón. Intentoapaciguar esa campana que galopa acelerando en mi cerebro,que pide huir, que pide a gritos huir igual que verdad entre olas.Pero no hay profundidad donde esconderse de uno mismo. Acabo devorado y devorándome como esas pescadillas de ojos lechosos en su cama de hielo.Desnudo sobre un mostrador bajo la luz de los fluorescentes: teatro de ansia y hambre.El hedor a muerte se mezcla con el perfume de las compradoras mientras el crepitar de billetes baila con el de las espinas bajo el cuchillo. Risas, bolsas granates de plástico que destiñen y crepitan,chorrear de fluidos pardos pudriéndose entre las baldosasy yo mordiéndome el culo con cara de pez y formando un cero de sangre brillante.Un enorme cero rojo parpadeando a la izquierda de las siete de la madrugada. Segundos antes de astillarse el silencio, cuando todo parece detenerse.-Pertenece a La letra perdida (2012, Ed. Vitruvio).
Denn die toten reiten schnell
Los mares se habían secado.Vagábamos, en el mismo coche de ahora,por viejas carreteras de asfalto rotollamando a todas las puertas y casas vacías.Buscabas algo. No recuerdo qué;pero resultaba tan importante como el agua o el futuro.Paramos en un cruce. Estabas cansadapero deseaba besarte, jugarcon la punta de la lengua a reírnos.No entendías cómo aún seguía siendo jovencuando el resto de las cosas estaban muertas.Dije: —Sólo es así en el espejo retrovisor.»Sólo en tus ojos y en el espejo retrovisor. Nos abrazamos en el asiento de atrás.Lloraste y bebimos tus lágrimas.Encontramos algo importante.Aún no sabíamos el qué.-Poema inédito.

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