Este miércoles 2 de enero, el Foro "Laicos en marcha" propició la presentación del libro "La infancia de Jesús" de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) en el centro de Cursillos de Cristiandad. El invitado fue Don Fernando Martín Herráez, pedagogo, filósofo y teólogo, director general de los Cruzados de Santa María.
Participaron alrededor de cien personas, destacando jóvenes universitarios y profesionales. El ponente, de modo profundo y sencillo, acercó el libro al auditorio a través de atractivas imágenes de power point que fue comentando puntualmente.
Comenzó afirmando que es el tercer libro sobre Jesús de Nazareth del papa Benedicto XVI, "antesala a los dos anteriores", pero también broche final. Destacó la doble firma del autor: el teólogo Ratzinger y el Papa Benedicto XVI. Es obra de un teólogo, que es a la vez el Papa, que reflexiona sobre la infancia de Jesús. Lo hace con maestría teológica, en un plano de meditación creyente y de exégesis canónica y dogmática.
Su propósito es" interpretar ahora, en diálogo con los exegetas del pasado y del presente, lo que Mateo y Lucas narran al comienzo de sus Evangelios sobre la infancia de Jesús". Su enfoque aparece claramente al dialogar con los textos, de modo claro y humilde. No se trata de "un acto magisterial" sino más bien de una "expresión de mi búsqueda personal del rostro de Jesús".
El Papa se esfuerza en los cuatro capítulos y en el epílogo del libro por comprender e interrogar a los primeros capítulos de los evangelios de Mateo y Lucas: "Me he preocupado de entrar en diálogo con los textos"
Fue siguiendo capítulo a capítulo el sugestivo texto destacando que las fuentes eran tradiciones de familia que pretendían no tanto contar historias como "escribir historia interpretada" . El Papa busca poner en contacto al lector con los textos dejándose subyugar por la figura de María, particularmente en el misterio de la Anunciación. "El contraste entre los dos escenarios no podría ser más grande: por un lado, el sacerdote –el templo-, la liturgia; por otro, una joven mujer desconocida, una aldea olvidada, una casa particular anónima. El signo de la Nueva Alianza es la humildad, lo escondido: el signo del grano de mostaza" (28). "María se muestra (…) como una mujer valerosa, que incluso ante lo inaudito mantiene el autocontrol. Al mismo tiempo, es presentada como una mujer de gran interioridad, que une el corazón y la razón y trata de entender el (…) mensaje de Dios" (40).
Karl Barth ha hecho notar que hay dos puntos en la historia de Jesús en los que la acción de Dios interviene directamente en el mundo material: el parto de la Virgen y la resurrección del sepulcro (…). Estos dos puntos son un escándalo para el espíritu moderno. A Dios se le permite actuar en las ideas y los pensamientos, en la esfera espiritual, pero no en la materia. Esto nos estorba. No es éste su lugar. Pero se trata precisamente de eso, a saber, de que Dios es Dios. (62)
El ponente enfatizó la valentía y honestidad intelectual del Papa al confesarnos lo poco que se ha avanzado cerca del nacimiento virginal de Jesús y la figura de San José. Claridad y humildad atraviesan el texto. Benedicto XVI demuestra, sobre todo, respeto por la verdad. Afirma de hecho: "una explicación a las cuestiones expuestas, que convenza completamente, no la he encontrado". "¿Cómo será eso, pues no conozco varón?" (Lc 1,34) "A partir de Agustín, se ha explicado la cuestión en el sentido de que María habría hecho un voto de virginidad y se habría comprometido sólo para tener un varón protector de su virginidad. Pero esta reconstrucción está totalmente fuera del mundo judío en tiempos de Jesús, y parece impensable en ese contexto". (41)
Estos dos puntos son un escándalo para el espíritu moderno. A Dios se le permite actuar en las ideas y los pensamientos, en la esfera espiritual, pero no en la materia. Esto nos estorba. No es éste su lugar. Pero se trata precisamente de eso, a saber, de que Dios es Dios. (62)
El capítulo I es una introducción a los Evangelios, a partir del interrogante sobre la persona de Jesús y sobre su origen: "¿Quién es Jesús? ¿De dónde viene? (…) Lo que pretenden los cuatro Evangelios es contestar a estas preguntas". "En Mateo, como también en Lucas, los acontecimientos de la infancia de Jesús están muy estrechamente relacionados, aunque de manera diferente, con los textos del Antiguo Testamento" (21).
Algunas pinceladas de los relatos:
"Después de estas reflexiones de fondo, ha llegado ahora el momento de escuchar los textos mismos" (25) Al hablar de las dos anunciaciones señala que "El contraste entre los dos escenarios no podría ser más grande: por un lado, el sacerdote –el templo-, la liturgia; por otro, una joven mujer desconocida, una aldea olvidada, una casa particular anónima. El signo de la Nueva Alianza es la humildad, lo escondido: el signo del grano de mostaza" (28).
"Como se ha dicho, el pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna". (76)
Sobre la estrella: "Como se ha dicho, el pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna". (76) "Las palabras de Jesús son siempre más grandes que nuestra razón. Superan continuamente nuestra inteligencia. Es comprensible la tentación de reducirlas, manipularlas para ajustarlas a nuestra medida", pero la exégesis bíblica correcta debe tener "la humildad de respetar esa grandeza, que a menudo nos supera". (130)
Al concluir la charla se siguió una ronda de preguntas sobre las cuestiones más destacadas y se invitó a poner en obra lo presentado en la obra: Que el Niño Dios de Belén viva en cada uno y en toda la sociedad.