Revista Cultura y Ocio

Fernando Tejero: "Soy un actor, no un personaje"

Publicado el 16 enero 2010 por Juliobravo

«Eres uno de los nuestros», cuenta Fernando Tejero que le dijo José Luis López Vázquez en una ocasión. «Eres un actor del hambre, de la intuición». Y Fernando Tejero se agarra a esa manera de entender la profesión de actor; «desde el sentimiento, desde el sentido común, desde la intuición». Ahora se ha metido un puñado de «Piedras en los bolsillos», el título de la obra de Marie Jones que estos días representa en el teatro Lara de Madrid, junto a Julián Villagrán y dirigidos por Hernán Gené. Es su primer trabajo teatral lejos del calor de Animalario, un grupo que le ayudó a entender, dice, el teatro desde su base. «Si no había público no ganábamos dinero, y al principio no ganamos dinero. Pero aprendí a montar un escenario, a desmontar los decorados, y a querer al teatro de otra manera».
-¿Es éste un salto cualitativo en su carrera?
-Es un paso, porque me queda mucho por aprender y por hacer, pero sí es un reto especial. Me han ofrecido alguna de las funciones que están ahora en cartel, pero quería algo que supusiese para mí un reto. En «Piedras en los bolsillos» el elemento fundamental es el actor. Me ha costado lágrimas literalmente, pero eso forma parte del proceso de creación y de búsqueda de lo que se quiere. Lo que sí me ha dado esta función es el convencimiento absoluto de que el teatro es lo que quiero hacer.
-¿El teatro es venenoso?
-El teatro es magia. Desde ese momento tan especial antes de salir hasta esa sensación de trapecista sin red que tiene uno en escena. Y esa respuesta inmediata del público no tiene comparación. Las satisfacciones que me ha dado el teatro no las he encontrado hasta ahora ni en el cine ni en la televisión. Espero que la función dure mucho, pero ya estoy leyendo textos para hacer después. Y me gustaría interpretar un drama psicológico, como «Acreedores», de Strindberg, una obra que me encanta, o un Shakespeare, aunque sea el más cómico.
-Julián Villagrán y usted hacen varios personajes.
-Siete cada uno, y ese es el reto y el gran atractivo de la función; hay dos figurantes, Fali y Lolo, que son el tronco de la función, pero luego hay un prometedor director de ochenta años, un ayudante de dirección que se cree el dueño del mundo, y una diva de Hollywood a quien ya no llaman casi nunca, y que en esta coproducción tiene que hablar en español, algo que hace muy mal... Un poco como Melanie Griffith, en quien de alguna manera me he basado al trabajar el personaje, y a la que respeto y admiro todavía más si cabe.
-Parece un homenaje a la cara menos glamourosa del cine.
-¡Y tan poco glamourosa! Se cuenta la trastienda del cine y se habla muy mal del negocio -aunque podría ser cualquier otro-. Se muestra el mundo de la figuración, pero yo creo que incluso nos quedamos cortos en cómo se trata a los figurantes. La gente pensará que se exagera, pero no...
-¿Sigue siendo Emilio, el portero de «Aquí no hay quien viva», una piedra en el bolsillo?
-¡Una piedra no, una roca! Es cierto que me exige un plus de responsabilidad, pero creo que poco a poco voy mostrando que soy un actor, no un personaje. Me satisface mucho que haya gente que venga a ver a Emilio y salga contento con el trabajo de Fernando.
ABC, 16-I-2009

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