Ferrer, juzgado por Unamuno

"El Progreso Latino", de Méjico, inserta una carta del rector de la Universidad de Salamanca, señor Unamuno, en la cual, haciéndose cargo de un artículo publicado por dicha revista, referente al proceso Ferrer, dice lo siguiente:
"No he de juzgar el fallo por el que se condenó a Ferrer, pues no lo conozco lo suficiente, aunque bastante más que los que de él protestan sin conocerlo; pero sí he de decirle que no fue el clericalismo, sino el Estado, y en legítima defensa, quien lo procesó.

Las Escuelas de Ferrer se cerraron no por anticatólicas, sino por anarquistas, por enseñarte en ellas incluso la licitud del saqueo. Y conviene saber que como Escuelas eran, pedagógicamente, detestables. No se ensañaba en ellas verdadera ciencia, ni nueva ni vieja, sino fanatismo. Sus libros de lectura con deplorables. De una novela de Daudet, en que este hace hablar a un anarquista, se copian las palabras que en boca del anarquista pone, y debajo se estampa la firma: "Daudet". Y así todo. Eran escuelas de superstición y de fanatismo, tan grandes o mayores que las de los católicos, y en que se predicaba contra todo orden social. Una física enseñada para demostrar que no hay Dios, es tan absurda como una física que se enseña pra demostrar que le hay.
La Escuela Moderna es indefendible en pedagogía científica, sean cualesquiera las ideas que uno preofese. Triste cosa es tener que juzgar a un ajusticiado, pero sin que yo me pronuncie ni por la inocencia ni por la culpabilidad de Ferrer -aunque me inclino a creer en ésta última-, debo decirle que es ridículo querer hacer de él poco menos que un genio. Fue en vida un hombre obscuro, de inteligencia mediocre, un obrero y un fanático. La protesta del extranjero debe tenernos sin cuidado a los españoles, que sabemos el cúmulo de inepcias, de mentiras, de fantasías, de calumnias y de errores que a cuenta de nosotros corren. Apenas hay entre los que han protestado quien sepa algo de nuestras cosas. Hay que perdonarlos, porque no saben lo que dicen ni lo que hacen. Ese bullanguero internacionalismo -compuesto de anarquistas, judíos, científicos (no científicos) y profesionales del librepensamiento -no es la opinión del mundo. Y eso se lo digo yo, que soy mucho más enemigo que Ferrer lo fuera de todo aquello, por combatir a lo cual se supone que fue fusilado. Se lo digo yo, que soy liberal y no soy católico".
Es decir, que no sólo desde el punto de vista católico y conservador, sino desde ese otro liberal no católico en que se coloca el señor Unamuno, resulta condenable la labor de Ferrer.
Gaceta de Mallorca
31 de diciembre de 1909