Después de ver la tercera temporada de Juego de tronos y de refrescarme la memoria con todo lo que sucedió en el tercer libro, llegó el momento de adentrarme otra vez en Poniente. Recuerdo cuando empecé a leer –con algo de miedo- Juego de tronos, como llegó a gustarme tanto como para seguir con Choque de reyes y Tormenta de espadas. Éste último fue el cúmulo de shocks traumáticos, y es que los libros de Canción de hielo y fuego pueden dar pereza pero una vez comienzas a leer, la historia te deja sin aliento.
Ahora que he terminado Festín de cuervos, sólo me queda leer Danza de dragones para estar al día e impacientarme por la publicación de The Winds Of Winter y A Dream Of Spring.
Reseña libre de spoilers.
Mientras los vientos del otoño desnudan los árboles, las últimas cosechas se pudren en los pocos árboles que no han sido devastados por la guerra, y por los ríos teñidos de rojo bajan cadáveres de todos los blasones de estirpes. Y aunque casi todo Poniente yace extenuado, en diversos rincones florecen nuevas e inquietantes intrigas que ansían nutrirse de los despojos de un reino moribundo.
Festín de cuervos desarrolla nuevos personajes y tramas que, como la calma que precede a la tempestad, se ciernen sobre el retablo tenso y sobrecogedor de Poniente.
«Las ovejas grises han cerrado las ojos, pero el mastín prefiere ver la verdad. Se están despertando poderes antiguos. Las sombres se agitan. Pronto se cernirá sobre nosotros una era de maravillas y horrores, una era de dioses y héroes.»
Tormenta de espadas cambió completamente la situación de Poniente. Aquellos que creían tener el control de su territorio se dieron de bruces con acontecimientos inesperados. ¿Quién no recuerda la canción Las lluvias de Castamere? Y eso sólo fue una una gotita de lo que el tercer libro tenía entre sus páginas. Sin embargo, si esperábamos encontrar lo mismo en Festín de cuervos, la realidad es bien distinta. Como dice el argumento de arriba, el cuarto libro es una novela de calma, de personajes gorroneando las migas que han dejado las batallas, de otros que piensan que es su momento, que se van a convertir en los nuevos reyes de Poniente, porque pase lo que pase, la partida para ganar el trono aún no ha terminado.
Éste es uno de los motivos por lo que había escuchado que Festín de cuervos decepcionaba, porque no era el tercer libro. En parte es así, pero por el simple hecho de que se lo compara con el anterior, buscar en él lo mismo es el gran error que cometemos a la hora de comenzar el libro. Obviando ese detalle, Festín de cuervos es un muy buen libro. Lo devoré en menos tiempo de lo que esperaba, y es que aunque pueda parecer que no está pasando nada relevante, seguir las intrigas, los engaños, los sentimientos y emociones de los personajes es todo un placer. Otro motivo por el que se dice que decepciona es porque algunos de los personajes –no afirmo la mitad- desaparecen y no se sabe apenas nada de ellos. Es decir, sus voces, sus puntos de vista no aparecen y no tendremos noticias de ellos hasta Danza de dragones. Teniendo en cuanta como acaba el tercero es un shock tremendo ya que se trata de personajes muy importantes para la evolución de la trama. Sin embargo, eso ayuda a que nos centremos más en la otra mitad, aparecen más a menudo y profundizamos más en su personalidad. No voy a decir quiénes son los elegidos para conducirnos por los diferentes campos de batalla, solo diré que no decepcionan en ningún momento. También forman parte de este libro voces de otros personajes poco mencionados que representan territorios más alejados de los principales, como las Islas del Hierro y Dorne. Me gusta como cada uno cuenta su punto de vista y sus intereses e intenciones respecto al juego de tronos. No tenemos una sola opinión, sino que saber la de todos nos ayuda a hacernos una mejor idea de la situación real.
¿Es necesario que vuelva a comentar la maravillosa pluma de George R. R. Martin después de tres libros? Siempre que vuelvo a Canción de hielo y fuego me pregunto lo mismo: ¿Qué tiene este hombre en su cabeza para construir esta increíble historia? Los detalles, la manera de hilarlos, la compleja profundidad de sus personajes, ¡de tantos personajes! A sus pies, señor Martin. Si os gusta la fantasía épica no podéis dejarla de lado. Hay muchos que me comentan que les da mucha pereza comenzar esta saga siendo tantos libros, de tantas páginas, sin estar terminada aún, si saber a ciencia cierta si lo estará. No me arrepiento ni por un segundo de haberla empezado, la gran satisfacción que tengo al leer sus libros no la cambio.
Y llega el peor momento, el final, pero simplemente porque la historia termina de tal manera que sólo pienso en lo que está por venir. Preveo que el momento en que todo estalle será completamente salvaje. Los últimos capítulos me han recordado bastante a los giros inesperados que tiene Tormenta de Espadas, y eso me hace suponer que lo que me espera en Danza de dragones va a ser de infarto.
«¡Porque lo que está muerto no puede morir, sino que se levanta, más duro, más fuerte!»