Revista África

Festival contra el imperialismo

Por Jorge Luis Rodríguez González
Sudáfrica, una nación en constante movimiento social, será el escenario del próximo Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Hace apenas 16 años la lucha heroica de su pueblo, encabezada por Nelson Mandela, acabó con el régimen segregacionista del apartheid, que amenazaba con extenderse a otros países de África. Cuando en diciembre de este año, jóvenes de los más distantes puntos del orbe se den cita en el más austral de los países africanos, estarán también oxigenando el sueño de un futuro mejor para África entera, libre del colonialismo y el apartheid.
Desde Sudáfrica, vía correo electrónico, Abner Mosaase, secretario de Relaciones Internacionales de la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano (ANC, partido en el poder en alianza con el Partido Comunista y la Confederación de Sindicatos, COSATU), nos explicó que la decimoséptima edición del Festival es una oportunidad para que «nuestros jóvenes expresen sus criterios sobre la construcción de una sociedad mejor, basada en la paz, la amistad, y en la que todos tengan cubiertas sus necesidades básicas como alimentación, vivienda, salud y educación.

Según Mosaase, muchas son las preocupaciones de la juventud comprometida. Entre las principales demandas de este movimiento que estarán sobre el tapete en la cita sudafricana, se encuentran el fin de la instalación de bases militares en África, la liberación del Sahara Occidental —la última colonia de ese continente ocupada por su vecino Marruecos desde 1975—, la solución rápida del conflicto en Darfur (zona occidental de Sudán), el fin del bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace medio siglo, y la liberación de los cinco cubanos antiterroristas injustamente presos en cárceles norteamericanas.
También, nos comenta, los jóvenes sudafricanos se encuentran enfrascados en la lucha por la nacionalización de las minas, una de las principales riquezas del país, así como de otros recursos. Ello supondría un buen paso para que el gobierno pueda contar con mayores ingresos y disponer de ellos para la inversión de programas de desarrollo social en un país que, en ese sentido, aún tiene muchas deudas heredadas del apartheid.

La emoción palpita en los jóvenes de cada una de las nueve del Estado, según nos cuenta Mosaase. «Ya los miembros de La Federación Mundial de Juventudes Democráticas de países vecinos como Lesotho, Namibia, Angola y Zimbabwe se están preparando para enviar una gran delegación al evento. El Comité Nacional Preparatorio se reunirá para evaluar sistemáticamente los progresos realizados, y desarrollar nuevas estrategias para hacer de este festival contra el imperialismo, un lugar para la emoción».

El sueño de una Sudáfrica justa y con iguales oportunidades para todos, que tanto defendió Nelson Mandela, es una de las inspiraciones de su juventud, que al decir de Mosaase, trabaja a diario por construir un país que viva en paz y armonía, a través del debate autocrítico y el patriotismo. Al respecto, recalcó que profesores cubanos que brindan sus servicios allá contribuyen a la formación de jóvenes con gran conciencia social y política.
«Un país, un movimiento, una persona que no valora su juventud, no merece su futuro». Para Mosaase, estas palabras del incondicional Oliver Reginald, ex presidente del ANC, se materializan hoy en su país con la creación de estructuras de la juventud en el gobierno, así como su participación en todos los proyectos que se llevan a cabo.

Algunos jóvenes estudian medicina en Cuba, para luego volver y contribuir a un ambiente sano en nuestra sociedad, sin avaricia, delincuencia y muchos otros males sociales. Producir y aprender es nuestra meta, concluyó el líder juvenil.


*La foto muestra la delegación cubana en el Festival de 2001 en Argelia. Foto: Juventud Rebelde

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