Festival de Málaga 2021: “Sevillanas de Brooklyn”, Americanos, os recibimos con alegría

Es algo muy históricamente español eso de sentir admiración, irritación e indiferencia a partes iguales (según como te pille) hacia una superpotencia llamada Estados Unidos. En plena guerra fría, Berlanga representó con cinismo en Bienvenido, Mr. Marshall el interés de España por recibir la ayuda económica del Plan Marshall. En Amanece, que no es poco, el clásico de José Luis Cuerda, decía Teodoro (que es ingeniero y da clases en Oklahoma) que “los americanos también tienen cosas positivas”, a lo que el alcalde del pueblo le responde: “vete a la mierda, hombre”.

Décadas después, gracias al alcance del cine de Hollywood, nuestro vocabulario está repleto de palabras como “prom”, “Wisconsin”, “cheerleader” o “thanksgiving”, mientras que no está claro si el estadounidense medio reconocería “Murcia”, “cofradía” o “salmorejo”. Independientemente de lo que nos quede por avanzar todavía como sociedad, tenemos una cantidad de conocimientos sobre este país extranjero de la que no somos ni conscientes, mientras que muchos estadounidenses no sabrían ubicar España en el mapa, y mucho menos Murcia.

Sevillanas de Brooklyn, dirigida por Vicente Villanueva, se posiciona como una especie de Bienvenido, Mr, Marshall actualizada, una historia que ilustra la relación entre ambos países a día de hoy, y los prejuicios que existen en ambos lados. Una humilde familia sevillana acoge a Ariel (Sergio Momo), un estudiante afroamericano, en un intento desesperado de salir de una situación económica precaria por parte de de Carmen, la madre (Estefanía de Santos). Éste se encuentra con que no sólo ha sido estafado, ya que creía que se alojaría con una familia de clase alta, sino que sus anfitriones son “racistas sin saber que lo son”.

Con mucha empatía y corazón, Sevillanas de Brooklyn pone en evidencia ese racismo e ignorancia que sigue habiendo en este país a través de los comentarios y actitudes de la familia. La diversidad racial en Estados Unidos, así como su pasado, hace que esas actitudes estén mucho más latentes, y continuamente siendo desafiadas; mientras que aquí no nos enfrentamos tanto a ellas ni tan frecuentemente. Pero, por supuesto, están ahí. Por su parte, Ariel trae consigo ignorancia también, y cierto aire de superioridad por ser americano, ya que se burla de ellos inicialmente, grabando sus momentos más patéticos, y como buen americano, asume que nadie le entiende cuando habla inglés. Nacen pues, muchas situaciones de choque cultural a partir de esta sencilla premisa.

Esta comedia de enredos coral está liderada por un increíble elenco de actores que se encuentran comodísimos en sus papeles, y que aportan incluso más vida al guion de Juan Apolo y Nacho de la Casa, ya de por sí bastante simpático. Entre ellos se encuentra la carismática Carolina Yuste como Ana, la hija estudiante con ganas de poder trabajar e independizarse; Estefanía de los Santos como Carmen, la folclórica madre de las ideas ingeniosas, una delicia de ver; o Andrea Haro como Auxi, una amiga de la familia obsesionada con la palabra “Wisconsin” y uno de los personajes más peculiares. Tampoco se quedan atrás Manolo Solo, Sergio Momo o Canco Rodríguez, por nombrar algunos.

Además de apuntar temas como la diferencia clases o los prejuicios que existen en ambas partes del conflicto cultural al frente de la película – y por extensión, que existen también en nosotros – está presente un mensaje sobre el orgullo de pertenencia, ilustrado mediante el arco del personaje que interpreta Yuste, así como el emotivo clímax, que lleva consigo una preciosa conclusión sobre la belleza de la familia que se encuentra. La familia donde todos están invitados a comer. El as en la manga de Sevillanas de Brooklyn es atreverse a tratar un tema social complejo de forma ligera y entretenida, sin priorizar el realismo y la crudeza, sino inclinándose más por explotar la comedia y la diversión de la situación y dejar lugar al baile, el color, el juego, el final feliz. Simplemente, ¡Olé!