El Festival de Sitges es un clásico escaparate para el “gore” más exagerado y sin desenfreno que siempre interesa a los fans del cine más “freak” y sangriento. La estadounidense Jill Gevargizian llega a la sección Noves Visions con The Stylist, una película que abraza su género y lo mezcla con la propia experiencia de la directora como estilista.
Claire (Najarra Townsend) es una peluquera cuyas tijeras a veces cortan algo más que pelo, permiténdole llevarse a su casa un souvenir con el que ampliar su colección de cabelleras. Un día, Olivia, una de sus clientes habituales, le pide que le haga un peinado especial para su boda y todo su estilo de vida amenaza con salir a la luz.
Esta película, que mezcla drama, thriller y terror, es una sólida exploración de la mente perturbada de la protagonista y sus propios traumas y pensamientos, aprovechando muy bien su ajustado presupuesto de película independiente y con su justo toque desenfadado en las imágenes sangrientas. The Stylist es un filme sobre la envidia, la ansiedad social y los sueños idealizados de una psicópata con una fijación por el pelo. A simple vista, su sinopsis podría causar rechazo, pero, pese a que es duro acompañar a una persona haciendo actos atroces durante 105 minutos, la buena construcción de su protagonista y la notable interpretación de Najarra Townsend consigue una empatía por los traumas y deseos de esta peculiar antiheroína.
La dirección, de caligrafía algo brusca pero bien orquestada, rescata al filme de sus aires “telefilmescos” para crear una historia que exagera y deforma los deseos complejos de las personas, y, en especial, del género femenino, con un final esperado pero no por ello menos impactante. No obstante, en algunos momentos el montaje está algo mal medido y se puede hacer un hueso duro de roer para el espectador.
The Stylist es un largometraje que encaja en en ambiente del festival de terror más grande del mundo y que es conocedor de sus puntos fuertes y sus limitaciones. No funcionará tan bien al ser vista fuera de este marco, pero consigue crear unas imágenes y situaciones que perdurarán en nuestra cabeza.
Crítica escrita por Jaume Maneja