Una nueva generación de cómicos ha llegado al escenario de la actualidad. En realidad no es una generación tan “nueva”; todos ellos tienen ya su edad y han llegado a esto del humor un poco tarde aunque llevan en los medios de comunicación mucho tiempo -tal vez demasiado-. Su humor es un humor muy poco “políticamente correcto” y, tal vez por eso, no a todo el mundo hacen gracia e incluso hay algunos insensatos que se los toman en serio. Yo reconozco que me lo paso bomba, sobre todo cuanto más indignados parecen estar.
Hay quien se indigna y deja su casa (si la tiene) y resta tiempo a sus quehaceres (si los tiene) para acampar en una plaza e intentar canalizar esa indignación, tratar de hacer algo nuevo, algo esperanzador, algo valiente. Hay otros que se indignan e intentan insultar, vejar, mentir y menospreciar; pero lo único que consiguen es hacer reír. Es el caso de César Vidal, vinculando a los jóvenes acampados en Sol con ETA y la Kale Borroka. También es el caso de Jiménez Losantos llamando “indignaditos malolientes y basurientos” a los acampados o, sin irnos más lejos, el caso de casi cualquier presentador/a , periodista o tertuliano/a de Intereconomía:
Y ayer, cuando pensaba que lo había visto y escuchado todo, me encuentro con esto:
¿Cuando detengan a algún etarra enseñarán una txapela?
Y no comento el contenido de la rueda de prensa porque es ver la foto y no poder parar de reír…