Artículo escrito por Luis Alvizuri Crocce
Al escuchar sobre Transcinema, lo primero que se le puede venir a la mente a uno, además de transgénero, es transgresión. Una palabra que sí relaciona con lo que significa Transcinema para sus creadores —Mauricio Godoy, Diana Castro, Pablo Santur y John Campos—, es decir, una forma de revelar parte del cine peruano e internacional que no se suele ver en las salas de cine comercial de nuestro país, "en las cuales habitan —según Campos—, las películas mainstream, caracterizadas por los ‘rostros de actores’, pues los mismos actores de la plaza ISIL salen en las películas, y la gente cree que es cine independiente, pero no lo es”.
Es por esto que del 2 al 9 de diciembre será el 4° Festival Internacional de No Ficción - Transcinema, y para conocer más sobre lo que implica continuarlo a pesar de los problemas presupuestales que involucra su realización hemos conversado con John Campos, director del festival.
Para empezar, John nos menciona lo inquietante, y hasta molesto, que resulta que al cine de no-ficción se lo considere como una cuestión informativa de corrección política, en vez de que sea visto como un género cinematográfico. “Todo ello porque se lo relaciona —en preferencia los documentales— con los reportajes sobre derechos humanos, inclusive con películas de colectividad o sociales”, explica Campos.
De ahí nace el afán de crear un festival como Transcinema, para llegar a ser un espacio en el que se motive la idea de hacer cine; es decir, que los espectadores y estudiantes sientan que es posible hacer películas interesantes sin que suponga un obstáculo contar con un bajo presupuesto. Con esto en mente, desde el 2012, John se une con Mauricio, Diana y Pablo para crear Transcinema, cuya primera edición se celebró en el 2013 con el apoyo presupuestal de La Municipalidad de Lima, por entonces en la gestión de Susana Villarán. “Sin embargo, con Castañeda se perdió ese apoyo”, se lamenta Campos.
No obstante, los cuatro fundadores no declinaron en su voluntad de seguir adelante con su proyecto y buscaron gente e instituciones que los pudiesen apoyar. Durante esa búsqueda, marcada por pronunciados altibajos, el Ministerio de Cultura ha sido y es un apoyo fundamental para mantener el festival, ya sea con la infraestructura y el aspecto logístico. Al día de hoy, este Ministerio los apoya con un auspicio nominal. Esto es una validación cultural que, si bien no viene acompañada de un apoyo económico, sí les permite intermediar con otras instituciones. Inclusive, al tener buena coordinación con la DAFO, la oficina de cine en el Perú, este apoyo les permite facilitar algunas necesidades del área logística.
Trabajar por amor incondicional al cine
Desde el primer momento se establecieron los cargos de cada uno de los fundadores de Transcinema, los cuales se mantienen hasta ahora. “Godoy se enfoca en el campo formativo y académico del festival, Diana lo produce y yo me encargo, netamente, de la línea del contenido”, explica Campos.
De esta manera, Campos se encarga de buscar las películas, negociarlas, traerlas, separar las secciones en base a las temáticas. Algunos podrían considerar su labor un acto de amor incondicional al cine por ver más de 500 películas al año para el festival y considerar las opiniones y sugerencias de sus compañeros que residen en España o Argentina. Otros pueden considerarlo como obsesivo-ególatra pues desde su yo y solo él vela por el contenido del festival, por lo que habría un sesgo en parcialidad en las proyecciones del festival.
Sin embargo, el hecho de que se mantenga por cuarto año consecutivo con un equipo que, actualmente, se compone de voluntarios dedicados a invertir su tiempo y su esfuerzo para apoyar la existencia de Transcinema, es suficiente para reconocer el continuo y arduo labor de Campos y de todos que son parte de Transcinema. “En sí —reitera Campos— el problema principal para mantener Transcinema es la falta de apoyo privado fijo”. Esto nos indica y recuerda que las empresas privadas aún no apuestan en la rentabilidad de proyectos como Transcinema, por lo que se mantiene de fondos internacionales o de entes extranjeras como la Alianza Francesa y el Centro Cultural de España, al igual que muchos otros proyectos de corte cultural en nuestra ciudad.
Un festival para crear un nuevo cine
Entre las secciones que ofrece Transcinema hay una denominada Radicalismos, en la que se proyectan películas experimentales; otra es Resistencia, que se encuentra bajo el marco político. Igualmente, existe la sección llamada Espacios, en la cual el protagonista del filme es el entorno. También se tiene una sección tanto de retrospectiva del cine cuzqueño como del cine marginal brasileño de los años sesenta y setenta. Estas dos últimas se integraron recién este año al programa de Transcinema, a manera de mostrar que el cine sigue en constante transformación, o, como dice John, “se sigue moviendo”.
Además de la amplia programación de proyecciones, Transcinema también organiza un Laboratorio de películas de No-Ficción, las cuales aún no están acabadas, permitiendo que los directores de las películas reciban asesoramiento para que su propuesta se moldee mejor y, a su vez, se logren finalizar y posteriormente difundir.
A segundos de terminar esta conversación, Campos nos revela que las películas que se encuentran en competencia y las trasandinas son las que mejor logro cinematográfico poseen, por lo que quienes tengan un horario más ajustado pueden hacer un espacio en su agenda para verlas. Y, como mensaje final, nos dice que “hay que desmitificar la idea de que el cine de no-ficción o lo no convencional es aburrido, sino que puede expresar sensibilidades y miradas sobre el mundo”, estimulando a que el espectador “se sacuda” al ver el programa realizado con total dedicación y pasión por el equipo de Transcinema.
Festival Transcinema 2016 va del 2 al 9 de diciembre 2016, en diferentes sedes de Lima.
+ info: PROGRAMACIÓN TRANSCINEMA 2016