Revista Cultura y Ocio
Enrique Vila-Matas escribió en un artículo que “la ficción, como si sonara a condado antiguo, la sitúan ya algunos en una remota región del país de los ficticios.” Se promociona hoy, añadió, el relato llamado verídico en detrimento de la invención literaria. No parece extraño, en consecuencia, el afán tan extendido en la actualidad de inspeccionar la vida exterior de los escritores. La “dimensión horizontal”, en palabras de Reiner Stach, frente al mundo interior o la “dimensión vertical” en que transcurre la escritura.
El artículo de Vila-Matas me despertó el recuerdo de los periodistas que viajaron a China cuando le concedieron a Mo Yan el Premio Nobel de Literatura. Fueron con sus cámaras para conocer in situ la extensión social y familiar de este escritor. ¿Habrán descubierto que también Mo Yan tiene que comer y hacer la digestión como el resto de los mortales?
Si en el pasado un puñado de periodistas se hubiese desplazado a la Praga de Kafka, ¿qué habría podido decir de la vida de este escritor que confesaba pasarse la mitad del día en la cama o en algún sofá, apático y soñando lejano? Nada que se relacionara con lo que escribía y dejaría en la posteridad sin aliento a tantísimos lectores.
En el espacio vertical donde tiene lugar la escritura puede penetrar el paisaje social, qué duda cabe. Pero es la ficción literaria el ámbito en el que los duendes de los escritores lo recrean. No parecen haberlo entendido así tampoco los periodistas que se empeñaron en ir a la casa de la tía de Mo Yan para entrevistarla. Oyeron que en un libro del escritor chino aparece la figura de su tía y ella tuvo que esconderse. No soportó el acoso de los reporteros que la confundían con el personaje de la novela. Mo Yan la considera, además, alegre, encantadora y feliz, mientras la tía literaria parece un miembro de la mafia y una loca que vaga en la noche como un fantasma. Siendo diametralmente distintas, la primera no se enfadó cuando supo cómo él la había descrito en su libro. Ha sabido entender la compleja relación entre los personajes literarios y las personas de carne y hueso.
FUENTE: EL QUINQUÉ. LA PROVINCIA-DIARIO DE LAS PALMAS.