Revista Cine

Ficunam 2012/viii

Publicado el 01 marzo 2012 por Diezmartinez
FICUNAM 2012/VIII
James Agee, nuestro venerado patriarca de la crítica de cine en Estados Unidos, escribió alguna vez que había cineastas independientes que, por su bien y el bien del cine, deberían depender de alguien. Eso me acordé al ver dos cintas nacionales independientes programadas en la Sección "Ahora México" del FICUNAM 2012: Ánima (México, 2011), dirigida, escrita, co-producida, co-editada y co-fotografiada por Antón Terni; y Memorias del Futuro (México, 2012), dirigida, fotografia, editada y co-producida por Rodrigo Reyes. En el primer caso, estamos ante un letárgico ejercicio tanneriano (la cinta está filmada en 16 mm. y el protagonista filma en Súper 8: las imágenes objetivas/subjetivas se van alternando) en el que un flaco, barbón, de acento argentino llamado Pablito (Pablo Stelardo) toma su mochila y una camarita Súper 8 y decide irse al desierto, al sagrado y tan de moda Wirikuta de los huicholes. Ahí, pide alojamiento a una pareja de amables ancianos, se le pega un niño solovino (Max Sachs) del que no se puede librar y ya en el desierto, se topará con algún chamán, empezará a ver alucinaciones, recordará momentos claves de su infancia y, en algún momento dado, se soltará llorando faltando 15 minutos para que termine la cinta. Qué curioso: yo estaba a punto de hacer lo mismo, aunque supongo que por razones muy diferentes. En Ánima, el protagonista, narrando en voz en off, se autodefine como "cobarde, egocéntrico, prepotente, envidioso, mediocre" y confiesa amar sus propios defectos y rechazar sus virtudes. En Memorias del Futuro también hay una voz en off, pero de una mujer sin nombre (voz de Tatiana Vizcaíno Stewart) que, a través de una carta/diario/reflexión, le enjareta más o menos esos mismos adjetivos a cierto amante que la abandonó.La citada voz en off se escucha de principio a fin, mientras la cámara del propio cineasta, Rodrigo Reyes, se pasea por buena parte de México -Guerrero, Chiapas, la frontera norte, el DF-, tomando diversos testimonios -de un chavo banda, de un indígena indignado, de una mujer confundida, de un estudiante chilango, de un anciano añorante de la Revolución-, paseándose por distintos escenarios -el mar, la cárcel, el Zócalo capitalino, la línea fronteriza- sin más objetivo aparente que mostrar la decadencia del México de nuestros días, con su violencia, su miseria, sus injusticias, reprochándole a su amante el abandono mientras tira netas que no niego que sean parcialmente verdaderas ("Nos gustan los indios, siempre que estén muertos") pero que podrían haber sido dichas en un mejor filme. Y más corto: Memorias del Futuro, película que se mueve entre "el documental y la ciencia ficción" (¿?)  tiene los 70 minutos más largos que he visto en mucho tiempo.
Ánima se exhibió ayer en el FICUNAM. Memorias del Futuro se presenta hoy en el Cinematógrafo del Chopo a las 13:30 horas.

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