Revista Diario

Fidelidad y decepción

Por Belen
Fidelidad y decepción
Son dos conceptos que mi hijo está experimentando estos días. Si por algo se caracteriza el peque es por ser muy fiel. Cuando tiene un amigo, lo quiere, lo respeta, lo idolatra casi. Esta nueva temporada de cole me está dejando ver que su sensibilidad se extiende a este terreno también. A pesar de que es un poco elitista a la hora de escoger (no se va con cualquiera sino que elige con cuidado a sus compañeros de juego), una vez que declara su amistad lo lleva hasta las últimas consecuencias.
En la pandilla son unos cuantos, pero solo por dos o tres siente un afecto especial. Y por una en concreto siente verdadera devoción. Es su amiga desde el pasado curso, juegan juntos cada día, hablan de sus cosas, se cogen de la mano, se dan abrazos y se lo pasan bomba juntos. Son muy parecidos en carácter, gustos, y se llevan a las mil maravillas. La fidelidad de mi hijo hacia ella es indiscutible.
Pero a pesar de su corta edad, él empieza a exigir que esa fidelidad sea correspondida. Y estos días la decepción ha venido a formar parte de nuestra rutina. Su amiga le aprecia, le quiere, pero lleva algunos días no haciéndole tanto caso como de costumbre. Ayer sin ir más lejos pareciera querer hacerle de rabiar, y jugueteaba y hacía el tonto con otro amigo de la pandilla. A mi hijo se le llevaban los demonios, qué frustrado se sentía, hasta que rompió a llorar. Su querida amiga no le hacía caso y él,...., ¡¡quería estar con ella!!.
La situación era muy evidente, mi pequeño se sentía celoso, frustrado y muy muy triste.
Hoy parece que todo ha quedado olvidado y al dejarle ahora en el cole, después de comer, los he visto juntos, en la fila, jugando y riendo en compañía de un tercer amigo del que también son inseparables.
Me dio mucha lástima verle así ayer tarde, pero el desengaño forma parte de su desarrollo emocional, debe aprender a tolerarlo, a comprenderlo y a poner remedio. Hablábamos de camino a casa mientras él lloraba, yo intentaba hacerle comprender lo ocurrido, pero es complicado. Al final parece que lo entendió un poquito pero temo que esto es solo el principio.
¿Os suenan estos comportamientos?, sin duda la niñez es un entrenamiento para la vida adulta. Parecen novietes, ¿verdad?, pues sí, su relación es diferente y especial, tan pequeños y con los sentimientos tan claros.
Observar a los niños es maravilloso, detenéos a mirarles, a escucharles, a ver cómo se comportan, como afrontan las relaciones, los juegos, podréis ver cómo se van desarrollando y es un privilegio poder contemplarlo en primera fila. Yo al menos disfruto muchísimo.

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