(…) Pese a que en países como Alemania o el Reino Unido la adquisición de ropa de segunda mano está integrada en los hábitos cotidianos de la ciudadanía, en España no disfruta de tanta aceptación. Sin embargo, las penurias económicas están acelerando su implantación.
Dentro de este sector cohabitan diferentes categorías. Por un lado, aquellos que recurren a estos productos para cubrir una necesidad básica: vestirse. Es el caso de A todo trapo, un proyecto de Cáritas Aragón (…).
Un patrón bien diferente rige a Zsa Zsa Zsú. Este negocio está especializado en la ropa y los complementos femeninos de gama media y alta, incluso de lujo. Inaugurado en septiembre de 2009, su funcionamiento es sencillo. <<Nos traen prendas. Las examinamos, las tasamos y las revisamos para que estén en perfecto estado. Entonces nos ponemos en contacto con la persona para firmar un acuerdo. Si la respuesta es positiva, tenemos el objeto en depósito durante tres meses. Si se vende, nos repartimos el dinero al 50%>>, explican las hermanas Laura y Almudena González, socias junto a Carolina Berdascas.
En las estanterías y perchas conviven marcas como Gucci, Miu Miu, Carolina Herrera o Dolce & Gabbana.
<<Actualmente tenemos 400 depositantes y estamos al límite de nuestra capacidad. El perfil es muy variado. Hay gente de nivel alto que necesita el dinero urgentemente y se quita de encima lo mejor de su armario. También hay personas que van a la última y que se ponen los zapatos o los vestidos una o dos veces a lo sumo. Finalmente, vienen aquellos que se deshacen de un regalo que no les ha gustado o no les queda bien>> prosiguen. (…)
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