Ya os adelanté el otro día que el cumple de Diego, mi hijo mayor, iba a ser temático.
Él eligió que fuera de indios. Bueno, primero nos preguntó si los buenos eran los indios o los vaqueros, y como le dijimos que los indios, pues ya no había discusión posible: en su cumple sólo iban a estar los “buenos”. Yo me alegré, no me molan mucho los niños con las pistolillas de vaqueros, así que, indios al poder.
Últimamente no tengo mucho tiempo para nada, pero como me encanta hacer manualidades con los niños, he ido aprovechando los momentos que teníamos libres para hacer con ellos “cosas útiles” para la fiesta.
Las invitaciones corrieron a cargo de su padre, y la verdad es que quedaron chulísimas. Hicimos unas chapas con la cara del homenajeado con un penacho de plumas, e imprimimos unas imágenes de un jefe indio para poner la chapa encima. Por detrás, estaba el texto con la dirección y la hora.
Para que se caracterizaran como indios hicimos varias cosas:
- Cintas con plumas para la cabeza: corté una tira de fieltro y le pegué dos plumas de decoración a cada una.
- Palos de lluvia. Las instrucciones en el post de la semana pasada.
- Escudos. Los diseñó y montó Diego, con cartulina blanca, plumas, celofan y pinturas.
- Tambores. Con botes de la leche en polvo y un papel adhesivo muy chulo de Tiger, se hicieron en un momento. Sólo medir, cortar y pegar. Y listos para dar mamporrazos.
Y para la decoración de la fiesta:
- Piñata. Quería haber hecho una piñata de papel maché pero no me dio tiempo, así que compramos una piñata del Mercadona (por 2,50€) y pegamos unas cartulinas de colores, un poquito de washi tape y unas plumitas. Y no quedó mal ¿verdad?
- Guirnalda de plumas con cuerda fina.
- Unos cactus con cajas de cartón.
- Totem. Me inspiré en un totem que vi en el blog de Baballa. Forré unas cajas que tenía por casa con papel kraft y las pinté con rotulador. Luego los niños se encargaron de colorearlas con ceras blandas y quedó así de bonito. Nos sirvió como decoración y photocall. Los niños estaban encantados.
- Tipi. El objetivo era hacer un tipi grande para que cupieran todos, por lo que los típicos tipis con palos no me servían (habría tenido que hacer varios).
Así que, aprovechando dos vigas de madera que hay en el jardín, se me ocurrió poner una cuerda de un lado al otro y colgar una sábana encima (bueno, varias).
Para darle un aire un poco más “nativo” a la tela, dibujé unos símbolos en fieltro de diferentes colores y los pegué directamente a la tela.
Y para terminar…la tarta, que no la hice yo, pero quedó así de bonita.
La frase que podría resumir este post es que “se lo pasaron como los indios” y ese era el objetivo, así que misión cumplida.