Pero está la cara B. El otro lado. El lado oscuro… En ese lugar, lo que sientes es tristeza ( poca, la verdad) por desbaratar el crecimiento de la lechuga ( la condeno a morir y a ser masticada y deglutida y….). También tiene un puntito de Gran Sacerdotisa, en el momento del sacrificio . Y, finalmente, preocupación por la estética huerteril ( sacar las frondosas lechugas deja espacios vacíos…).
Para este último inconveniente, tengo a mi tío, que tiene huerto y le han sobrado plantitas de judía tierna y, claro, cómo ahora soy conocida en la familia por m-i h-u-e-r-t-o, me las ha traído …
No he querido que este momento estelar de la lechuga, pasara desapercibido y he montado el “Cosecha Party”. Eso , claro, es mi percepción. Para la lechuga, ha sido su fiesta de despedida.
Para que viera que me importa ( una no se carga una lechuga sin sentimiento de culpabilidad), he creado un attrezzo especial con elementos de packaging de Mr. Wonderful. La lechuga se irá, pero lo hará con clase.
Ha quedado así.
El momento de la cosecha ha sido más duro de lo que me pensaba pero…rápido.
Un voluntario ( ahora, para cogerlas, sí ¿eh? )ha realizado el acto de “arrancamiento” de la tierra madre y me la ha entregado. La lechuga estaba fresquita. Primero, la he acunado con delicadeza pero, después, la he manoseado un poco para valorar la consistencia del cogollo. De primera categoría: denso, verde clarito y muy crujiente.
Disculpad si no presento a la lechuga en su versión “ Ensalada”. Es por respeto ( y porque no me ha dado tiempo de hacer la foto…)
Llega el tiempo de la judía , la nueva habitante del huerto.
En realidad, la judía va a ser la protagonista de “A Rey muerto, Rey puesto”. Se va la lechuga y llega la judía tierna…NB : De las tomateras, ya hablaremos en otra ocasión. Estoy segura que me vigilan y me han intervenido la IP. Se están haciendo fuertes…
NB2 : El huerto, en mi huerto.