El sábado pasado por fin celebramos el segundo cumpleaños de los padawanes como es debido. Tras varios 'ensayos' y celebraciones 'paralelas', por fin nos reunimos la familia cercana, para merendarnos un par de tartas caseras de galleta (impresionantes) y cantarles el Cumpleaños Feliz a los peques.
Tras ver algunos blogs de madres y padres contar sus experiencias, pensé que esto de los cumpleaños se nos iba a ir de las manos a poco que nos liáramos un poco la manta a la cabeza. Menos mal que tenemos a la Tita Rocío. La fiesta iba a reunir al núcleo íntimo familiar, y a algún amigo que otro que pudiera desplazarse ese día. Y aún siendo sábado y puente, el tema de las fechas es siempre dificil de solucionar, así que sin compromiso.
En casa de la Tita Rocío (y del Tito Pablo y el primo Rafa) teníamos sitio de sobra, y comodidad. Y como tenemos a toda la familia en Huelva, pues mejor allí. Además, la Tita es muy 'apañá' y se encargó de casi todo, incluyendo las fantásticas tartas caseras de la foto. Tartas de galleta de toda la vida, riquísimas, pero decoradas con los muñecos preferidos de los padawanes. Menos mal que tenemos a la Tita Rocío.
Los abuelos, los titos, incluyendo al Tito Kiko, el primo Rafa y el primito Alonso, el último en llegar a la familia, y algunos amigos también con peques de la edad de Luke y Leia. El techo del salón con guirnaldas de globos, el árbol de navidad iluminado, manteles de celebración, bolsas de 'chuches', juguetes y regalos por todas partes... Menos mal que tenemos a la Tita Rocío.
Los peques no pararon. Ni en el momento de soplar las velas y cantarles el Cumpleaños Feliz no se estuvieron tranquilos. Una situación extraña, porque conocen la canción, y la canturrean, y hacen el amago de apagar las velitas soplando, aplauden, se ríen, pero aún no se dan cuenta del todo de lo que supone realmente un cumpleaños. Lo mejor sin duda es que se lo pasaron genial. Y que se hincharon de jugar con los abuelos y los titos que ven tan poco. Incluso el pequeño Luke se pasó un buen rato jugando y riendo a carcajadas con la 'Yeya' Ceci por la mañana, y después por la tarde no se separó de la abuela Isabel. Y Leia tampoco paró de jugar y reírse con el Tito Kiko, al que apenas ve al cabo del año.
El único fallito es que se nos olvidó llevar la cámara réflex para sacar buenas fotos, y tuvimos que tirar con los móviles. Menos mal que teníamos la compacta de la Tita Rocío. Menos mal que tenemos a la Tita Rocío.