Pablo del Barco no se esperaba que yo le regalase la tableta de chocolate al 85% de cacao
(como a él le gusta) que en su reciente visita a Zafra no tuvo oportunidad de
saborear y su sonrisa inundó la sala.
Hay una
cuestión invariable a lo largo de toda su vida, y es que es incuestionable que Pablo siempre sabe crear de
cualquier evento en su galería sevillana Factoría del Barco una fiesta
entrañable y, en este sentido, nos convocó a una serie de amigos el 11 de diciembre para celebrar
su aniversario, que quedó convertido en una performance durante la que creamos
una pintura colectiva entre todos los asistentes y nos regaló su Libro rojo del amor en edición exclusiva
limitada a 72 ejemplares, una liturgia amorosa en el compás binario del dilema
del sentimiento amoroso a través de deseos, sentencias y confesiones diversas
que cruzan esta plaquette en el océano transido del amor.
Toda una
performance alentada por un jamón que nunca se acababa y regada (como cabe
esperar de Pablo) por el sabroso vino Ribera del Duero en una noche con sabor
navideño en la ciudad que la grata compañía en hermandad artística irradiaba
aún más en el aniversario de Pablo, prometiéndonos nuevos frutos poéticos de su
cosecha siempre fecunda y generosa.