Tras las pasadas fiestas en la que la participación es casi por decreto, la obligatoriedad de ser feliz durante la misma, los buenos deseos –y el reto del año ¿Qué?- El altruismo acotado, los atracones, el despilfarro pese a la crisis. La hipocresía que reina en las mismas, y que, aun dándonos cuenta miramos para otro lado, los excesos culinarios y monetarios… más de uno necesitamos reiniciarnos. Todo comenzó un año más con el día de la Salud (la Lotería). ¿No os pasa que ya estáis un poco hartos de ver que son siempre otros los que vemos en los informativos brindando con vasos de plástico por su buena suerte? Pero la próxima volveremos a probar… ¡y sí toca!Ya han pasado y hemos salido una vez más indemnes, ¡con algunos kilitos de más! pero con los buenos propósitos tras las campanadas de hacer deporte, dejar el tabaco ponernos a régimen etc. etc. etc. Pronto estaremos estupendos.
Ahora queda tras la batalla, las apagadas luces churriguerescas que han transformado el paisaje. Se hace necesario salir, dejarse invadir por la mejor luz y ver que la ciudad, mi ciudad, sigue bien amueblada
Releo a Cortázar- Rayuela- Me ha vuelto a atrapar esta obra, magnífica e incómoda de leer: “… mientras miraba el árbol del patio que ya es un esqueleto negro contra este cielo gris y bajo y con nieve de Paris en diciembre” Era diciembre, la nieve en Córdoba cae cada mil años y no pasa de anecdótica. El frio suele ser rotundo y hay pobres que salen al sol para tomar algo caliente (es un chiste) Salí en busca de esqueletos negros, el cielo era gris
Ahora los esqueletos son más negros si cabe. El cielo no es gris y sobre el suelo están esparcidos sus restos
Restos y reflejos
Es continua tu metamorfosis. Es esa espiral cíclica y mágica que te hace ser tú, Córdoba. Pronto serán otros aires, otra luz los que te rocen y envuelvan, entonces…