Nadie ha dicho que salir a entrenar sea fácil. Muchas veces nos invade la pereza por cansancio, condiciones climatológicas o falta de motivación. En el Ciclismo es importante fijarse un objetivo ya que los entrenamientos dependen de ti y de los disciplinado que seas contigo mismo y todos sabemos que ser tu propio jefe no es una tarea sencilla.
Es más sencillo cuando formas partes de un equipo (baloncesto, fútbol,...) donde sabes que tienes que entrenar X días a la semana en tal hora y además tienes un entrenador para meterte un poco de caña. Pero con la bicicleta es diferente. Te va a tocar marcarte los días, las pautas y la candela que te quieras meter. Sin un objetivo marcado en el calendario todo esto se vuelve borroso. Nos cuesta dar continuidad a los entrenamientos o tiramos la toalla a las primeras de cambio. Pero.... ¡amigo! Si tienes un objetivo marcado y definido (alcanzable por su puesto) sabes que tienes que CUMPLIR contigo mismo para llegar en las mejores condiciones. De esta manera vencerás a los días perezosos y las excusas para quedarte en la cama. Y una vez que salgas a entrenar, después de un ratito, ¡será imposible ya que te arrepientas de haber salido!
Por otro lado hablamos de la gestión del fracaso. Cómo en ocasiones nos invaden los nervios y las dudas de una manera muy notable a la hora de afrontar nuestro objetivo. ¡Y debemos estar tranquilos! Lo genial de fijar un objetivo y prepararse para ello no es acabar el día D la prueba (que está fenomenal), lo genial es todo el camino que has recorrido hasta el día D; la gente que has conocido, las rutas que has descubierto o te han enseñado, el frescor, el frío, el viento,... en definitiva ¡TODAS LAS MICROVIVENCIAS QUE HAS TENIDO!
Fuente: CABRI Lucha o Revienta