Revista En Femenino
Hace mucho que en Im-Perfectas no escribimos un post-lista (Chelo, te echo de menos) así que hoy, que me toca a mí publicar, me voy a lanzar a ello. Mi vida, como bien sabéis porque os lo cuento todo, no está siendo demasiado sencilla desde hace casi 5 años, y demasiado dura desde hace 6 meses. Muchas cosas se me vienen encima, obligaciones, papeleos, mudanzas, etc... Hay días, como el de hoy, en el que el vértigo es difícil de controlar, las ganas de sentarme y dejar pasar el tiempo se me hacen irresistibles. Todo parece cuesta arriba y el dolor y la angustia hacen acto de presencia de manera incluso física. Pero como bien comentaba Chelo hace unas semanas en su post Hakuna Matata, lo mejor es intentar aceptar tus circunstancias y ver el lado positivo a cada experiencia, aunque en ocasiones haya que escarbar hasta casi el centro de la tierra.
Por ello he adquirido una costumbre que no sé si es buena o es mala, es recomendable o no, si un psicólogo me mataría o me diría que es lo que hay que hacer, pero a mí me va bien: me hago listas mentales de situaciones y personas a las que eliminaría de un plumazo e intento invertir en ese pensamiento el mínimo tiempo posible, aunque en ocasiones reconozco que me recreo más de la cuenta, depende lo que haya pasado ese día. No sé si veis Juego de Tronos, pero a los seguidores os diré que es un poco el rollo letanía de nombres de Arya. SPOILER, aviso
Siguiendo con analogías audiovisuales, es recrear mi propio “Día de furia” con una metralleta imaginaria. Por ejemplo, estos son mis odios:
- Funcionaria/o que ante una situación delicada te habla como si fueras una mierda pinchada en un palo, como si a el/ella, por el simple hecho de haber aprobado unas oposiciones se le hubiera investido de una burbuja anti enfermedades, muertes, paro, desahucios...
- Empleados de banco (mi hermana me va a matar, ella está en el lado oscuro) que parece que van a heredar la sucursal. Es una variante del funcionario anterior pero en la rama privada, vamos, lo que vamos a tener de aquí a unos años en educación, sanidad, etc, con estos gobiernos que nos gastamos.
- Dueño/as de perros que los llevan sueltos por la calle, por el parque, en el veterinario y te dicen: “Tranquila, si no hace nada” Ya, pero el mío sí, y yo le llevo con correa, pero si el tuyo se acerca a lamerle el culo o a intentar montarle (pobre Jarete, lo que tiene que aguantar a veces) pues ya le estás comprometiendo, a mi perro y a mí...
- Otra variante de dueño/as de perros: los llevan con correa pero cuando se enfrentan tu perro y el suyo tu intentas alejar a tu fiera porque ya ves que va derecho a gruñir al otro, e incluso le dices al responsable que no le acerque mucho, que el tuyo tiene mucho carácter... pues el encantador/a dueño/a no solo no se aparta, se acerca... y cuando tu perro gruñe, te pone mala cara
- Los que se pegan por los asientos en metro y autobús
- Los metros y autobuses que tienen una frecuencia de 10 minutos entre uno y otro.
- Derivado o pensando en lo anterior, los Gobiernos de Madrid que han destrozado esta ciudad
- Las compañías telefónicas y de televisión, TODAS, ladronas, manipuladoras, chorizas...
- Las caseras que por ahorrarse dos euros te tienen en un sinvivir.
- Los vecinos que, como presidenta de la Comunidad, te avasallan a llamadas, mails y demás.
- Etc, etc, etc...
Pero cuando he soltado bilis y mala baba para aburrir, intento cambiar el chip mental (ya digo que hay días en los que me es casi imposible, pero intentarlo lo intento siempre) y pienso en todo aquello que me hace sentir bien y seguir adelante. Mi lista de amores:
- Mi perro Jarete (cuando no se está comiendo a otro de su especie) Los abrazos que me da, los lamentones, como me regaña cuando entro por la puerta (jamás viene a saludar, primero me regaña desde su sitio), como duerme a mi lado...
- Mi sobrina, con sus cosas de niña lista con 5 años, su risa, con sus momentos de maquillaje en los que me pone la cara roja como un tomate y me acaba el rubor de mejillas en un plis plas, sus conversaciones de “yo paso de chicos”...
- Paula, con sus cosas de adolescente avanzada, con su confianza contándome cosas que yo sé que no cuenta a nadie más, con los margaritas que me hace, enseñanza de su padre, con sus días de la “casi madre” y sus visitas para ver Juego de Tronos...
- Mi madre, viniendo un domingo desde la otra punta de Madrid cargada con un tupper de cocido que hizo el día anterior y que, como sabe que me gusta, me trae para que no me lo pierda.
- Mi hermana mandando whatsapp cada dos por tres para no decir nada, a lo que yo le contesto con más nada y así pasamos las horas, en contacto.
- Mi suegra arreglando mis cortinas, llamándome para ver cómo estoy, preocupándose a su manera de mí.
- Mis amiga/os, con sus cosas importantes, pero también superficiales que me ayudan a olvidar mis historias. Sus bebés, cada día más y más guapos, sus niña/os mayores que me apasionan.
- El bordado, el ganchillo, María, Susana, Raquel, mis profes... mis compis de clase. Avanzar no avanzo mucho, pero me estoy ahorrando en psicólogos “una jarta”
- Una mañana en la Pradera de San Isidro con una pareja y niño a los que no veía hacía demasiado.
- Comer con otra de mis parejas favoritas sobre la hierba en un entorno mágico.
- Comer y beber en general, porque es un placer...
- Mi posible viaje a Mallorca y Nueva York a ver a dos personas a las que adoro.
- Mi nueva casa, con unas vistas que quitan el hipo...
- Mi nuevo barrio con su preciosa biblioteca, su edificio impresionante como polideportivo, sus tiendas de siempre, su cesteria, su fábrica de churros, patatas, y esos torreznos de ibéricos que no he probado cosa igual...
- Y por supuesto él, su recuerdo, su fuerza, su alma en mi interior, cada acción, cada movimiento, todo me lleva a él, cada minuto del día...
Como veis, a mí esto me sirve para darme cuenta de que me cuesta más encontrar cosas negativas que positivas. Sé que me estoy dejando muchísimas cosas en la lista de filias y en cambio, me cuesta pensar en muchas más en las de fobias y creo que eso es un gustazo, la vida merece la pena aún en las peores circunstancias... Ahora, que digan los psicólogos lo que quieran sobre mi método de equilibrio mental, ja...