Revista Cultura y Ocio
Filópono emplea dos argumentos para probar que Dios no se mueve ni cambia al producir:
- En primer lugar, porque pasa de la potencia al acto quien adquiere una capacidad, no quien, teniéndola, la ejercita. De este modo, el fuego no arde más cuando quema que cuando no quema.
- En segundo lugar, porque no hay término medio entre no producir y producir, como no lo hay entre no escribir y escribir. Luego, si todo movimiento es una actividad incompleta del que se mueve hacia un fin que todavía no tiene, y como tal requiere tiempo, y sin embargo la producción es inmediata, y como tal no lo requiere, se sigue que la producción no es un movimiento.
No hay, pues, contradicción en afirmar que el movimiento del mundo surge de un motor inmóvil que es su causa eficiente y no su mera causa final. En este sentido, el movimiento procede de la quietud como la multiplicidad de la unidad.