Realmente estos paradigmas de vendedor están basados en experiencias reales y popularizadas de unos tipos concretos de vendedor pero evidentemente no la mayoría de ellos.
La mayoría de los vendedores, se hacen llamar a si mismos “comerciales”, es una forma de desmarcarse de la visión popular de la profesión, distinguiendo así el vendedor puntual o de gran almacén del profesional a medio-largo plazo de venta industrial, horeca o de materias primas.
Todos, no obstante somos vendedores y somos comerciales.
El publico usuario, no ve el trabajo profesional, con principios éticos sólidos que se encuadra en un marco de relaciones estables en el tiempo con los clientes de la mayoría de vendedores, q7ue se encuadran en la filosofía ganar-ganar.
Ganar-ganar es una filosofía de ventas que tiene como su centro al cliente y esta marcada por unas características que están encaminadas a convertir la venta en una relación mas consultiva y racional en que todas las partes salen ganando.
El vendedor ganar-ganar, es conocido en el mercado por si mismo y su forma de trabajar, por su dominio y conocimientos del mercado-producto-servicio, la marca o empresa que represente es casi irrelevante.
Si vendemos sobre una base de confianza, de relaciones sinceras y abiertas, honestas, trabajamos con unos fuertes cimientos que elevaran el edificio de nuestra profesionalidad. Nos compraran, no por precio, o por servicio, nos compran por que el comprador ante ofertas semejantes, comprenderá que nosotros le entendemos, por que sabemos que necesita y por que lo necesita. Nos comprara por que somos resolutivos con las necesidades del cliente. Por que usamos margenes comerciales justos y adecuados al mercado.
La venta se debe estructurar en la doble idea, ganar (mi empresa) y ganar (mi cliente), no basta que una de las partes gane, deben ganar ambas.
La venta ganar-ganar, no es un truco de ventas, no es un recurso de prestidigitador donde entonando el “abracadabra” y sacándose una ramo de flores de la manga, el cliente cegado por la magia del momento elabora un pedido. En realidad es una forma de actuar, es la aplicación del humanismo en la venta, una venta sin presión, sin agresión, permitiendo que tanto el comprador como el vendedor puedan ser primero ellos mismos y después elementos de la operativa empresarial disfrutando así de una relación mutua de beneficios.