El Museo Nacional en Breslavia alberga dos retratos de filósofos griegos en actitud matemática: el filósofo que ríe, Demócrito, y el que llora, Heráclito. Ambos con compás trabajando sobre un globo. Las obras se pintaron hacia 1720 por el artista suizo, cantón del Tesino, Giuseppe Antonio Petrini (1677- 1759).
Demócrito se incluye entre los que dejaron aportaciones a la matemática, como el factor 1/3 para los volúmenes del cono y la pirámide en relación con sus respectivos cilindro y prisma, algo que no se recuerda del El oscuro Heráclito.
El filósofo que ríe y el que llora se representaron mucho en el barroco. Corresponden a dos aspectos complementarios, a dos actitudes, ante una humanidad vanidosa, falsa y desorientada.
Petrini sigue la senda de Ribera, continuada por Giordano, de mostrar a los sabios en actitud ascética y matemática, y además aumenta el barroquismo con una luz y paisajes tormentosos.
La abundante obra religiosa de Petrini se reparte entre las iglesias y museos del Tesino y el norte de Italia pero la laica está desperdigada. Hemos encontrado algunas subastas de arte con filósofos similares atribuidas a su taller como las dos inferiores catalogadas como un astrónomo y un geómetra.
El Museo del Prado posee también un bella pintura de Diógenes con candil de Petrini.
Breslavia, capital de Silesia, es otra muestra de los vaivenes de Centro Europa: bohemica, polaca, austriaca, prusiana, alemana y hoy polaca. Tras la segunda guerra mundial medio millón de alemanes fueron deportados y la ciudad se repobló con los polacos expulsados de Leópolis por Ucrania.