En la red, el contenido y la publicidad personalizada llegan con la promesa de ofrecerte los servicios que se adaptan a tus gustos y necesidades. Para conseguirlo, filtran cantidades inmensas de información con la información de tus movimientos.
Pero esos filtros limitan también tu visión de la realidad, te muestran sólo una parte y pierdes otros puntos de vista que podrían llevarte a conclusiones quizá distintas y seguro más enriquecedoras. Se refuerzan tus ideas preconcebidas y caes en el error de creer que todo el mundo piensa igual que tú.
Lo primero y más básico es ser consciente de que esto está pasando.
En caso de interesarnos que los algoritmos nos muestren información más diversa, podemos engañarlos. Por ejemplo, siguiendo deliberadamente a personas con puntos de vista contrarios o marcas con las que no estamos necesariamente de acuerdo o que no utilizamos. Así, el algoritmo se verá obligado a ampliar horizontes y sugerirte contactos más diversos. También puedes buscar de forma proactiva información nueva, navegar por perfiles distintos y contenido diferente: el algoritmo recogerá esa información y la reflejará en recomendaciones futuras. Otra opción para despistarlos es navegar en modo privado.
Leído en El País, por M.Victoria S.Nadal