En pleno apogeo del género apocalíptico, cuando aún resuenan los ecos de ‘Perdidos’, de las superproducciones de catástrofes y estamos inmersos en varias tramas que abocan a la agonía de la supervivencia y tirar pa’ alante, nos encontramos con que el cine español también quiere hacer sus pinitos en el terreno de los desastres. ‘Fin’ es una propuesta audaz pero floja, tal vez loable por el intento pero fallida en el resultado.
El televisivo Jorge Torregrosa, asume el control de un proyecto tal vez desmesurado para nuestra filmografía, pero que en su pretensión inicial encierra un gran ejercicio de experimentación y puesta en escena para un género poco visto en nuestras pantallas. Un incidente inexplicable deja al grupo protagonista al margen de la sociedad, aparentemente desaparecida entrando en una trama que tal vez hayamos visto mucho últimamente (‘El barco’, ‘Flashforward’) y para la que todavía no hemos visto un desarrollo concienzudo y sobre bien hilvanado hasta el final. Aquí tampoco lo tendremos.
Si obtendremos una buena fotografía, un hábil montaje y una ligera concesión hacia la ciencia ficción de corte duro y transversal, pero que se diluye en una subtrama más metafórica, de mensaje velado y letanía filosófica transcendental que quizá pierda fuerza y con ello, reste verosimilitud al contenido final.
Nos puede ocurrir lo mismo que con ‘El rey de la montaña’ (y aquella era mucho mejor película que esta) y es que lo que en algún momento no nos lleguemos a creer, nos entorpecerá para involucrarnos en la película, en los personajes.
Bien algunos de sus trasfondos, en su impecable pretensión de aumentar las miras de un cine menos comercial y más estiloso, más de género. Pero le faltan ingredientes a la ecuación. Me viene a la memoria un título que también podría reportarnos referencias con éste, pero en su caso, para ejemplificar el uso correcto del desarrollo y sobre todo del desenlace de una historia que ansía un drama mayor, una profusión de enseñanzas con matices de concienciación y mensaje: ‘Hijos de los hombres’.
Se podría salvar Maribel Verdú, en el elenco, tal vez incluso Clara Lago y Carmen Ruiz, en sus respectivos extremos interpretativos, una por la mejoría constante, la otra por su esfuerzo en un papel algo más interesante gracias a ella. Sin embargo su pretensión de resultar más filosófica que intrigante, sin un claro hilo conductor que dirija al espectador hacia alguna parte, hace que el resultado sea menos creíble, menos intenso. Gracias, pero no, gracias.