Revista Cultura y Ocio

Fin de ciclo: hasta siempre

Publicado el 13 julio 2012 por Rojotransitorio @rojotransitorio
Rojo Transitorio: dos lágrimas de sangre

Rojo Transitorio: dos lágrimas de sangre

Hoy se cumple un año de vida desde el inicio de Rojo Transitorio como tal. Este proyecto nació con el objeto de curar heridas, organizar sentimientos y proyectar sueños. Creo que ha cumplido con los tres propósitos. Por tanto, pienso (más bien siento) que ha llegado el momento de considerar este ciclo como finalizado.

La tradición budista utiliza Mandalas para crear una bella representación simbólica de la propia existencia. En ocasiones, se hace con arena de diferentes colores y cuando se acaba la obra, los mismos autores la destruyen.

De esa forma, se constata la transitoriedad de la existencia. Todo cambia, nada dura para siempre y tenemos que ser conscientes de ello mientras lo estamos creando. Es un buen ejercicio espiritual.

Posiblemente Rojo Transitorio vuelva a reencarnarse bajo alguna otra forma en la red de redes… pero esa será otra historia.

Curar heridas: la última lista

Yo creía que el destino estaba jugando conmigo. Me hacía sentir como un dibujo sin cara, como un pelele.

Pero el destino no estaba jugando conmigo, simplemente ponía en mi camino aquello que necesitaba para aprender una gran lección: que ya mismo debemos escribir nuestra ultima lista y que debemos vivir como si el día de hoy fuera el último día de nuestra vida. Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

Por otra parte, una de las heridas más extrañamente profundas en mi alma proviene de una indeterminada sensación/opresión de culpa. El pecado, la culpa (lo que hace que el pecado sea pecado es la culpa) y el (auto-impuesto) castigo son derivadas que tienen su origen en cierto paradigma demasiado enraizado en la (decididamente estéril) tierra del sufrimiento. Rojo Transitorio me ha ayudado también a descargar pecados que no me pertenecían, pesadas cargas que fueron heredadas.

Poco a poco, he ido desclavando clavos clavados en las puertas de mi alma. Poco a poco, he ido puliendo la puerta de mi alma para intentar convertirla en un espejo. Poco a poco, mi alma ha devenido más agua que cincel y martillo.

Organizar sentimientos: desenterrando la leyenda personal

Las personas actuamos por convicción o por compulsión. Yo no tenía suficiente convicción, así que actué por compulsión. Cuando no pude admitir más sufrimiento, me vi forzado a cambiar, a buscar la (desconocida) razón de mi (inexplicable) infelicidad, a rebuscar la meta de mi felicidad. Las crisis profundas tienen ese poder: o acaban contigo o te invitan a la revolución.

En ocasiones, la vida nos lleva a un cruce de caminos, debemos tomar decisiones. Alejarnos de algunos caminos bien conocidos. Separarnos de sendas entre tersas y ásperas, entre claras y oscuras. Las intersecciones son carne de cañón para mudanzas. Las bifurcaciones son el punto de partida de un viaje al olvido y al recuerdo. Solo el tiempo nos pondrá en perspectiva sobre aquella decisión.

Desenterrar nuestro contrato con el alma del mundo no es fácil. Requiere valentía. Pero cuando se consigue, percibes algo diferente: te llenas de entusiasmo (estás en Zeus), te llenas de divinidad, te apasionas. Comienzas a vivir de verdad. La buena suerte, la de verdad, ya te acompaña.

Rojo Transitorio también me ha ayudado a incrementar mi autoestima… y a darme cuenta de que buscar admiración en los otros es un tremendo error. La estima propia nunca puede depender de otros. La verdadera estima por uno mismo te debe posicionar al mismo nivel que los otros: ni más, ni menos.

En el fondo, todos somos una misma cosa. El ego y todo aquello que sirva para alimentarlo es una perspicaz (y necesaria) trampa concebida por el propio ego.

Proyectar sueños: soñando…

Cuando se inició la singladura de Rojo Transitorio, no conocía el significado del 2012. No tenía ni idea de las connotaciones que encerraba. Pero intuía, por lo poco que me había llegado, que sería un año de profunda transformación.

Creo que por eso escribí cierto deseo para el 2012. Deseaba encontrar una melodía olvidada de mi alma. Esa música ha sido el canal para modelar mis sueños, para darles una forma que permitiera su materialización: abrazar algunos fragmentos perdidos de mi alma.

Todos los sueños se pueden convertir en realidad. Si crees de verdad en ellos. Si tienes fe en ellos. Si persistes en su consecución. En tal caso, puedes cambiar las cartas que ha repartido el destino.

Y recuerda: en el principio de todo, siempre hubo un sueño. El poder de los sueños es el poder del universo. Nuestra responsabilidad es soñar, vivir soñando, y cambiar el universo. La ensoñación es la antesala de nuestro destino.

Punto de encuentro: el misterio de las coincidencias

Rojo Transitorio también ha servido para empaparme de ciertos misterios de difícil explicación racional. Me ha permitido comenzar a comprender el arcano lenguaje de la intuición, comenzar a escuchar los susurros de ciertos mensajeros de origen ignoto, comenzar a descifrar las señales que llevan hacia las puertas de nuestro sueño en la vigilia.

Como ya sabréis, creo con certeza en la reencarnación. Creo que nuestras almas han atravesado existencias pasadas. Y que atravesarán vidas futuras.

Un antiguo e inadvertido conocido me esclareció, de forma muy sutil, que la blogosfera puede servir como excelente punto de encuentro para almas conectadas por hilos remotos. Hilos sumergidos en aguas mucho más profundas que nuestra propia existencia.

Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper. (Proverbio chino)

Sólo hay que observar el avatar de Rojo Transitorio para apercibirse de la naturaleza de ciertas hebras.

Como siempre he reiterado en este espacio: nada es casual, ni siquiera casualidad.

¿Y ahora qué? El sentido de la vida

En este espacio me he referido en varias ocasiones al sentido de la vida. Una asombrosa estrella que brilla en el cielo nocturno, con inusual intensidad, para iluminar nuestro camino. Una estrella que siempre estuvo en nuestro interior.

Rojo Transitorio me ha ayudado a aclarar un contrato que estaba escrito en mi alma antes de llegar a este mundo. Se trata de construir una modesta catedral. Una vocación y una misión: escribir los cuentos del futuro.

Cuentos que permitan plantar semillas en los niños. Cuentos que permitan recuperar aquel (enterrado) niño que todo adulto lleva en su interior. Cuentos que ayuden a cambiar paradigmas. La tarea la iniciaron con anterioridad muchos otros, yo tan sólo añadiré mi modesta cucharita de porcelana y mi esfuerzo. Esa labor conjunta, la de arrojar luz sobre ciertas preguntas, durará generaciones y generaciones. Mientras tanto, no nos impacientemos, miremos la obra y disfrutemos de ella.

Hace poco el destino puso en mi camino cierta persona que venía del Sur. Nunca la había visto antes, nos conocimos en un curso, no sé si la volveré a ver. Portaba un tercer ojo (de color azul índigo) en la frente y me dijo que aunque ni siquiera intuya cómo se va a realizar mi sueño, que escriba ese primer cuento que llevo en mi corazón, que el universo conspirará a mi favor. La creí.

Cuando nos despedíamos, sin darme cuenta, prometí enviarle un ejemplar de mi primer cuento. Era la primera vez que mi voz dibujaba en el aire tal promesa. Ese augurio voló a través de mi laringe con la convicción de un contrato plenamente desenterrado.

Como mis palabras fueron lanzadas al viento, las escribo aquí. Ya se sabe: verba volant, escripta manent. Los signos escritos siempre retornan a su hogar.

Las lágrimas giran alrededor de mis ojos

Todos vosotros, con vuestras aportaciones, me habéis ayudado mucho a aclarar mi camino. Agradezco de todo corazón vuestra presencia en este espacio. Pido disculpas de todo corazón si alguien se ha podido sentir ofendido por la ignorancia de mi ego.

Rojo Transitorio me ha enseñado algo muy importante: debo centrar toda la atención de mi corazón en aquellas cosas que consiguen que las lágrimas giren alrededor de mis ojos.

Si algún viento acelera tu corazón, si algún silencio te estremece, si alguna flor abre tu alma, si algo presta lágrimas a tus ojos, sigue su rastro hasta el final. Los sentimientos se disuelven en lágrimas. Esos vestigios recomponen la sangre de nuestra alma.

Hasta siempre.


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