Fin de encuesta sobre la aplicación del Artículo 155

Finalizado el periodo de admisión de respuestas para esta encuesta, lo que más ha llamado mi atención respecto a las opiniones elegidas por los visitantes de este blog es que ninguno ha marcado la opción de que el fraude-doctor Sánchez fuera a aplicar el artículo 155 porque es lo mejor para España. Me consta que algunos simpatizantes del PSOE visitan este sitio frecuentemente y asumo que alguno de ellos habrá tomado parte en la encuesta. El caso es que ninguno de los visitantes, tenga la tendencia política que tenga, ha confiado en que el Presidente en funciones haga lo que sea mejor para la nación.


La opción que sugiere que Sánchez no aplicaría el 155 y que dejaría el problema a quien pueda gobernar después ha sido la más votada, con muy escasa diferencia sobre la que indica que él está a las órdenes de Soros y que haría lo que el indeseable especulador le pusiera sobre la mesa. Ambas han sido las más votadas con diferencia. Como tercera opción, no desechable en absoluto, los votantes consideran que el Presidente está a lo que digan la banca y las grandes corporaciones, quienes, en realidad, tienen muchísimo poder sobre los partidos políticos.
Una minoría ha opinado que Sánchez haría lo que le ordenara el independentismo y su Vaticano particular, lo que tampoco hubiera sido tan extraño, a la vista de cómo la mafia política ha presionado para que los políticos independentistas presos hayan sido sentenciados por sedición, en lugar de rebelión, que es lo que realmente cometieron.
Finalmente, un 1% votado que en lugar de hacer algo, lo que fuera, el Presidente en funciones preferiría seguir el ejemplo de su ministro Marlaska e ir a cenar hamburguesas al barrio de Madrid preferido por los gays. Tampoco esta opción era un disparate. Si tenemos en cuenta que el anterior presidente estaba bebiendo whiskeys mientras se debatía una moción de censura para desalojarle de la presidencia, y que el común de nuestra casta política no es mejor que eso, la opción de Sánchez comiendo hamburguesas bajo la bandera arco iris habría sido otro de los mucho ejemplos que ilustran la categoría moral y ética de los indeseables que nos gobiernan.
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