Fin de semana de crónica

Al principio pensé en titular esta entrada "Crónica de un fin de semana", pero pensé que no pasaba nada por cambiar los términos. Tanto de una como de otra forma, esta entrada será la crónica de un fin de semana de crónica.
No se trata de hacer juegos de palabras. Me apetece relatar en qué he empleado el tiempo desde el viernes por la noche, cuando dejé programado este blog para sábado y domingo. Eso ocurría poco antes de marcharme con mi mujer al Centro Cultural de la Villa, donde se representaba la obra de teatro "El título de este espectáculo no es mi madre", una divertida comedia musical con frigo pie (anunciada como versión muy, muy libre de la obra más cocida de Lewis Carrol “Galicia en el país de nunca Jamón, siempre pulpo”), a cargo de la compañía Sexpeare.
El sábado por la mañana me despertaba con la noticia de la desaparición de Abraham Martí Vidal. A petición de un familiar, puse un aviso de socorro y me trasladé al Cuartel de la Guardia Civil por si podía colaborar en la búsqueda, pero no era necesario. Con el corazón en un puño, intenté disfrutar pese a todo de una comida con amigos planificada desde hacía tiempo, pero la noticia de la aparición del cuerpo sin vida de este amigo arruinó la sobremesa.
Esa misma tarde, estaba convocada la Asamblea de la Comisión de Fiestas, en cuyo Orden del Día figuraba la lectura y aprobación de la Crónica de Fiestas de 2010. Agradezco a todos vuestra colaboración en la aportación de datos y detalles que se me habían pasado desapercibidos, aunque debo una mención especial a mi amiga Loli Valdivieso. Esta Crónica se puede leer en formato de libro electrónico de Issuu, tanto en la versión en castellano como en valenciano (gracias a la ayuda de Lliris Picó en la traducción).
El domingo por la mañana, como todos los meses desde 1994, tenía almuerzo con mis amigos de la Escuadra "La Falç" (no solc fer publicitat en aquest blog, però les coquetes fregides del Restaurant Les Eres ben es mereixen una excepció. Esmorzar antològic el que ens van servir Pepe i Fran, amb la professionalitat que els caracteritza).
Y quedaba el plato fuerte del día: la celebración de las Bodas de Plata de mis amigos Raúl y Nora (que, curiosamente, cuando se casaron era verano ¿lo pillas?). Comida de confraternización ibense-argentina en El Corralet dels Maseros. Empanadillas de carne picada y otras especialidades típicas argentinas, elaboradas con mimo por la novia; paella valenciana a cargo de Vicent Botifarra, que se esmera cada día más y se ganó el aplauso de los 70 comensales; saginosa de distintas procedencias, tiramisú y tartas variadas; música y bailes tradicionales de uno y otro continente, ... ¡espectacular!
¿Por qué hago este recuento de todo lo que ha ocurrido en las últimas 48 horas de mi vida? Porque cada vez estoy más convencido de que el secreto de la felicidad está en el contacto con nuestros semejantes, en cualquiera de las modalidades que he citado (o en otras). Ya dijo el admirable Francis Bacon que "la amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad". 
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