Estos últimos días han sido unos días de locura que trato de resumiros imágenes.
El jueves acudí, junto a otras bloggers, a la presentación de la colección de invierno de Zippy. De la marca no os digo nada pues ya os lo he dicho muchas veces: ropa muy actual, muy ponible y a muy buenos precios. De hecho, si algo me quedó clarísimo el otro día es que Zippy, además de tener siempre esa línea clásica de la que soy fiel clienta, está al tanto de las últimas tendencias. Puede ver, entre otras cosas, mucho tartán y una parka verde de esas que tanto se llevan tanto ahora y que mi hija me ha pedido por activa y por pasiva.
Además de ver la colección y de disfrutar de un estupendo desayuno, las bloggers lo pasamos en grande posando cual modelos en la sesión de fotos que la firma preparó para nosotras. La verdad es que las presentaciones de Zippy suelen ser de las más divertidas. Mil gracias.
El viernes por la mañana comenzó, con un desfile, la Petit Fashion Week de Charhadas. Previo al desfile estaba previsto un photocall en el que posaron las invitadas al evento más VIP. No me pude resistir y me infiltré entre los miles de fotógrafos que estaban allí. Todos con cámaras kilométricas y yo con mi super-móvil. Os aseguro que fue una experiencia divertidísima o, por lo menos, a mí me lo pareció en la que, además de reirme como hacía tiempo, llegué a la conclusión de que muchas veces es mejor ver los toros desde la barrera. Tras el photocall vino el desfile del que ya os enseñaré fotos pues tengo muchas y quiero seleccionar las que estén mejor. Cuando terminó el desfile las invitadas VIP, la prensa y las bloggers invitadas pudimos visitar los espacios de las distintas marcas participantes a la vez que disfrutábamos de un estupendo catering. Aunque realmente no todos disfrutaron del estupendo catering. Una vez más, y ya van infinitas, me entretuve tanto hablando con unos y con otros que, para cuando quise darme cuenta, tenía la boca seca y era ya la hora de marchar.Estas son algunas de las fotos que, entre charla y charla, hice:
MARIANA BARTURÉN – BELLE CHIARA – LA PEQUEÑA COSTURA
BEL&SOPH
A las nueve dejé a mi hija con una compañera del equipo de baloncesto y su madre para que la llevaran al partido que jugaban en la otra punta de Madrid. Ese hubiera sido mi plan para el sábado por la mañana. El señor que vive en mi casa y es el padre de mis hijos se encargaría de llevar a sus respectivos partidos a los otros dos retoños.
Volví a casa, me arreglé -ojo pintado y todo- y me fui a IFEMA. Y allí empezaron mi particular calvario. No sé cual fue el problema -tampoco busco culpables- pero no me dejaron entrar. Después de media hora de explicaciones a las personas que estaban en las distintas puertas de acceso conseguí llegar a la mismísima puerta del pabellón en donde dos señoritas implacables me dijeron que de allí no pasaba. No sirvieron de nada mis razonamientos: de allí no pasaba.
Esperé un rato por si aparecía alguno de mis anfitriones y, después de un rato sintiéndome un poco idiota, decidí que era el momento de volver a casa. Cuando entro en el coche recibo una llamada de mi hija diciéndome que acababa de ganar su primer partido. Pues no pude más, me entró la llorera y, por supuesto, el sentimiento de culpa. ¡Qué coño (con perdón) hacía yo en medio del parking de IFEMA en vez de estar celebrando con mi hija, sus amigas y los padres de sus amigas su primera victoria!
Y en ese momento me dije: “María, corazón, hasta aquí hemos llegado y vamos a empezar a poner las cosas en el lugar que le corresponden”. No os lo voy a explicar más pero me habéis entendido, ¿verdad?
El sábado por la tarde mejoró sustancialmente. La campeona y yo nos fuimos de compras por el Barrio Salamanca, lo pasamos en grande y equipamos a la teen con cosas ideales. Las tiendas que visitamos, y en las que dejé mi cartera seca fueron, además de ZARA:
RENATTA AND GO
GANZITOS
(aunque ésta fue una visita en balde pues ya no hay talla para mi hija)