Como comenté la semana pasada, el fin de semana pasado estuve en Bilbao para quitarme la envidia del eventonomaders cuyo vídeo podéis ver en el plan de viaje. Aunque me hubiera gustado hacer coincidir el viaje con el concierto de Maná el 17 septiembre, pero habiendo visitado Barcelona el fin de semana anterior y el siguiente Málaga por el Travelbloggers Meeting, hubiera sido muy agotador en todos los sentidos. Aunque separando los tres viajes quince días, la vuelta ha sido dura, aun tengo agujetas pero cuando estas de viaje en eso nunca piensas.
En el post anterior ya hice un comentario del aeropuerto de Bilbao, así que vamos directamente a la cena del viernes. Después de dejar los trastos en el hotel y que Iñaki Makazaga de piedradetoque.es me asegurara por Twitter de que cualquier pincho es bueno, me zampe dos pinchos en la cafeteria Gorliz. Después de los pinchos un paseo nocturno por los jardines de Albia, de día están igual de preciosos y ver el ayuntamiento iluminado antes de ir a dormir.
El sábado por la mañana empezamos el día con una visita guiada al casco Viejo enfrente del Teatro Arriaga, viendo las 7 calles donde se inicio el casco viejo, el mercado de la ribera y la catedral durante 1 hora y media. Después de ver la catedral por dentro, seguí caminando por ahí y descubrí la biblioteca de Bidebarrieta en la calle del mismo nombre, un edificio del siglo XIX con los pupitres clásicos de biblioteca y unas vidrieras que vale la pena visitar aunque no se vaya a estudiar exámenes o pedir libros en préstamo. También pasee por la calle de la Esperanza y me pasé por el frontón que había gente entrenado que se oía desde fuera los raquetazos.
Más tarde con el tranvía llegamos al museo Guggenheim, tiene parada del mismo nombre, no tiene pérdida. Las exposiciones temporales del museo son todas muy recomendables, desde la más clásica de pintura abstracta de los años 50 y 60 junto con su contexto histórico que pude ver en la tercera planta hasta la reproducción actual del mito de la caverna que incluso da un poco de claustrofobia que vi en la primera planta.
Después de la visita al Guggenheim, llegó la hora de comer y como no, tres pinchos, uno con queso de cabra en el Abandoybarra, que debio ser el culpable que a pesar del fresco me entraron ganas de comer helado. Pero mientras me fui a visitar el museo de Bellas Artes en el parque de doña Casilda. La entrada combinada de los dos museos sale por 13,5€.
El museo de Bellas Artes a pesar de sus reducidas dimensiones comparado con el Guggenheim, tiene una colección muy variada que vale la pena visitar, arte moderno, artistas vascos, etc. Lo que me llamó la atención fue la cantidad de cuadros con retratos de personas, una, varias, grupos de gente excepto por supuesto en la parte de arte moderno como si fuera la National Portait Gallery de Londres, me dieron hasta ganas de contar los cuadros sin representación humana.
Al salir del museo por la parte del parque, me encontré justamente un puesto de helados, helados Capra y ahí puede calmar mis ganas de helado con un vasito de chocolate crocante. Después pasee un poco por el parque de Doña Casilda, conocido también como de los patos, por el estanque de patos que hay donde incluso se puede ver un pavo real igual que en el parque Lazienki de Varsovia y en los jardines del Palacio de la ONU en Ginebra.
Después de hacer unas compras y descansar un poco mientras comentaba por twitter con Roberto y Maribel del guisanteverdeproject que llegaban de Vietnam y los vería al día siguiente, me fui a cenar al Pankomido, unos pinchos
? no un escalope XXL con salsa de quesos. A la vez de restaurante, es también panadería con muchas variedades de pan.Y así pasamos el sábado y llegó el domingo, ultimo día. Después de ver los jardines de Albia de día, me fui a la Alhóndiga con una buena lluvia. En algún momento había tenido algo de chirimiri pero esa vez me toco abrir el paraguas. La Alhóndiga es un antiguo almacén de vinos restaurando para actividades de ocio y cultura según me explicaron Roberto y Maribel cuando nos encontramos más tarde. Hay cines, una mediateca y también hacen exposiciones y otros eventos. Ese día había un campeonato de ajedrez y una muestra de antigüedades para ir a comprar y vender.
Después de la Alhóndiga, fuimos los tres al teatro Campos, uno de los pocos ejemplos de modernismo de Bilbao que en ese momento terminaba la sesión matinal de una opera o teatro. También vimos el café Iruña, que es el nombre de Pamplona en euskera pero curiosamente esta decorado con motivos árabes, famoso por sus pinchos morunos. Más tarde fuimos al casco Viejo a tomar pinchos a dos bares clásicos, el Irrintzi y el Berton para después de dejarme en la plaza Moyua para coger el bus al aeropuerto y volver a casa.
Al final una pequeña aproximación a Bilbao con esta escapada de fin de semana, que espero una buena excusa para poder repetir pronto sin tanto viaje junto.
Más información del viaje
Travelling Dijuca Bilbao - Album en flickr
Travelling Dijuca Bilbao - Lista de lugares en Foursquare
Bilbao Octubre 2011 - Tripbook en ontheroad.to