Revista Cultura y Ocio
Hoy sábado les propongo una jornada de cine. Jornada que también propuse en el blog Grito de Lobos donde publiqué esta entrada ayer.
Una jornada especial para acercarnos, o al menos intentarlo, a conocer un Kabul diferente al que nos suelen contar. Porque Afganistán para ojos occidentales es tan sólo un lugar en el que hay una guerra civil. Hay una intervención extranjera. Hay un conflicto que parece no pueda resolverse.
Pero detrás de todos esos "hay", también hay, una vida cotidiana, una vida diaria. Para eso, para mostrarlo, Alberto Arce ha realizado un interesante documental "Vida diaria en Kabul", con el patrocinio del Institut Catalá Internacional per la Pau, dividido en ocho episodios. En el Blog Grito de Lobos pueden encontrar cada episodio enlazado y con una breve sinopsis.
Como todos los vídeos están bajo licencia Creative Commons, podemos gozar de una sesión de cine sin temor a ser "encarcelados".
He visto la serie al completo y les garantizo que no tiene desperdicio. Si ya antes era muy escéptica a creerme el porqué de nuestra presencia en Afgnistán, de creerme las versiones oficiales de los gobiernos y de la prensa acompañante, ahora ni les cuento. Por eso aconsejo su "visionado". Sin prisa. Con paciencia. A mí despues de verlos, el alma se me quedó arrugada.
Ayer el diario El País publicaba una reseña del informe anual "Misión de Naciones Unidas en Afganistán", con cifras sobrecogedoras: el año 2010 ha sido el más mortífero para los civiles afganos: 2.777 muertos, un aumento del 15% respecto a 2009. La última barbaridad ha sido la muerte de nueve niños afganos, la semana pasada, durante un ataque aliado, lo que provocó un inmenso rechazo en todo el país contra las tropas internacionales.
Si a eso le añadimos un Karzai incompetente y corrupto, y unos líderes talibanes con los que intenta negociar y que le responden contundentemente que sólo habrá negociación "con un calendario cerrado de retirada de las tropas extranjeras", no hay mucho espacio para el optimismo.