Ha sido un fin de semana intenso, hemos hecho muchas cosas y parar en casa, poco. Pero el nene lo ha pasado muy bien, y los papis también, todo hay que decirlo.
Empezamos el viernes tarde con una visita a una amiga, "amiga con piscina" como dice mi hijo. Pasamos una agradable tarde entre baños y juegos. Era el primer baño de la temporada. Como ha estado con la garganta tan malita, y aún quedan moquetes no creáis, decidí posponer las visitas a las piscinas. El resultado ha sido bueno, y eso que tuvimos que sacarle del agua con los labios casi morados.
Temía que después de todo el curso sin probar el agua, tuviera algún reparo, algún miedo. Tonta de mi, según llegó, y sin catar apenas el agua, se tiró en plan bomba. ¡Qué bruto es mi niño!. Y muy sonriente salió de la piscina para encadenar su serie de saltos. No, no parece que tenga miedo o que haya perdido destreza. Con el tema del buceo quizá una pizca, pero claro, tenía unos pocos moquetes y no podía echar bien el aire por la nariz. Pero vamos, en un par de días de piscina, o ahora que nos vamos a la playa esto queda al mismo nivel que el año pasado. El niño me ha salido delfín.
El sábado estuvimos con sus abuelos paternos, en su casa tienen un pequeño huerto y muchas plantas, y mi hijo según llega se coge la manguera y ala, ¡¡a regar!!. Ni que decir tiene que siempre voy con ropa de cambio, chanclas de piscina y demás accesorios. Os imagináis cómo se puso de agua, ¿verdad?. A mi suegra no le hará falta regar en días, con eso os digo todo. Empapadito acabó, intentando mojarnos a todos, bebiendo a morro de la manguera. Está claro, los niños y el agua son una combinación necesaria en verano. ¡Qué socorrida es una manguera!, se la das y se acabó el aburrimiento, no necesitan más.
Y ayer domingo, fue el día estrella. Hace un par de meses enviamos una solicitud de entradas para el preestreno de Cars 2, y el viernes, a última hora de la tarde, ¡¡llegaron a casa!!. Mi hijo daba unos saltos que llegaba al techo, y el padre,...., también. En un centro comercial cercano a nuestra casa, a las 12:00 de la mañana celebraban el preestreno. Y allí estuvimos puntuales. El niño estaba nervioso, expectante, inquieto. La peli era en 3D, y el resultado fue ¡¡¡estupendo!!!. La película es una aventura tremenda, una historia de espías con todos los ingredientes necesarios. Hay muchos personajes nuevos, y casi todos los de Cars 1. Mi hijo disfrutó de lo lindo, a pesar de la hora y tres cuartos de duración. La verdad es que los tres disfrutamos mucho. Ver la carita de ilusión de mi hijo, merece cualquier esfuerzo, la verdad.
Por la tarde, más diversión, en un centro comercial que tiene atracciones, cochecitos y demás.
Acabó el día agotado, pero feliz, con una sonrisa en los labios de lado a lado.
Entre medias, una mala noticia, para mi. El sábado por la noche, una de mis compañeras en el proyecto de duelo (que ya estamos finalizando para sacarlo a la luz) me daba la mala noticia. Su sobrina acababa de perder a su bebé. Una niña a término. Una complicación, algo imprevisto, de última hora. No llegaron a tiempo.
Perder a un hijo es como si te arrancaran parte de tu alma, el dolor que se siente es infinito. Una pequeña alma nos ha dejado, y ahora sus padres intentan entender qué ha sucedido, intentan saber qué van a hacer ahora, cómo van a seguir hacia adelante.
Sé que es duro incluso leer estas palabras, pero en una sociedad donde escondemos la muerte debemos normalizar el proceso de duelo, favorecerlo y ayudar.
Cariño, comprensión, respeto, solo necesitan eso para poder apoyarse en esos valores e intentar dar los primeros pasos en una nueva vida. Una vida donde ya no serán los mismos.
Desde aquí les mando todo mi cariño. Y, al igual que hice el sábado, enciendo un vela virtual por esa pequeña alma que se fue.