Revista Cultura y Ocio

Fin de tramo de Roberto Montalbo: Redescubriendo los thrillers a cuatro ruedas

Por Miss_cultura @miss_cultura
Fin de tramo de Roberto Montalbo: Redescubriendo los thrillers a cuatro ruedas
Atrapada en un descomunal atasco en medio de la nada, una joven cree ver un asesinato en una autocaravana cercana.

Fin de tramo me ha tenido al borde de una taquicardia; por no hablar de ese final tan inesperado, tan abrupto, tan loco que no me puedo quitar de la cabeza.

Lucía Díez es la protagonista indiscutible del cortometraje y es que desde que abre los ojos hasta ese desenlace tan sorpresivo, todas las miradas se centran en ella.

Esta actriz es capaz de mostrarnos una amplia gama de emociones con solo su mirada y sin apenas decir mucho. Pero cuando habla, deja al personaje que interpreta Francisco Ortiz temblando.

Aunque Lucía Díez destaca por su dinamismo y por sus iniciativas durante la trama, Francisco Ortiz con sus dilemas internos aporta profundidad al cortometraje.

Los dos actores tienen varias luchas dialécticas, tensas y mordaces, que me pusieron los nervios de punta, y al mismo tiempo me generaron curiosidad, pues desconocemos todo sobre ellos y sus identidades.

Me volví tan paranoica con la trama que llegué a pensar ¿El personaje de Francisco tendrá algo que ver con el de la caravana?

La ambientación me ha parecido muy original, pues he sentido más claustrofobia y miedo en una carretera llena de coches y a la vista de todos, que en cualquier otro lado.

Además de jugar maravillosamente con el tiempo y el espacio, ignoramos cuantas horas llevan parados en el mismo sitio y el motivo, generará muchas preguntas.

Jorge Kent, el tercer personaje en este thriller atípico, nos muestra con mucha sutileza electrizante su verdadera cara y nos sorprende con una actuación impactante.

Roberto Montalbo vuelve a jugar con el espectador presentándonos otro personaje del cual no sabemos nada y nos vuelve a tener en ascuas.

El uso de la tensión en los dieciséis minutos que dura fin de tramo es realmente asombrosa, además que genera una angustia que te arrastra con las decisiones de los personajes.

Aunque la mayor parte de la trama sucede con sol y a la vista de todos, cuando oscurece, he contenido el aliento y he pensado ¡ostras! Algo grande va a pasar, pero no me vi venir ese giro de guion o ese engaño que hace el director con el espectador.

Creo que esta producción nos invita a cuestionarnos sobre nuestras propias percepciones y lo hace redefiniendo el concepto de thriller. Fin de tramo es un viaje psicológico camuflado de road movie. Todo esto sin saber hacia donde nos va a llevar, mientras ves a todos los coches parados y la carretera se te hace interminable.


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