Revista Comunicación

Fin para Ross Ulbritch y SilkRoad

Publicado el 11 junio 2015 por Joseandresnm @joseandresnm

El pasado 29 de Mayo fue el fin para Ross Ulbritch y SilkRoad. El creador de esta tienda online en la deep web, fue condenado a cadena perpetua. La jueza Katherine Forrest del distrito federal Manhattan, lo sentenció como máximo responsable de SilkRoad.

Durante la celebración del largo proceso judicial, se han ignorado todos los aspectos y declaraciones que se hicieron a su favor, e incluso menospreciado a los testimonios. Ahora se replica su idea por toda la deep web.

Un español a testificar

Durante el juicio se llamó a testificar a un español, Fernando Caudevilla. Es Médico de Familia, también es asesor médico de la ONG Energy Control y miembro del Grupo de Intervención en Drogas de la semFYC.

En su blog se hace llamar DoctorX y su trabajo real en SilkRoad durante esos 7 meses fue la reducción de riesgos a través del propio foro que disponía la tienda online. Su trabajo fue tan agradecido, que le dedicaba entre 2 y 3 horas diarias. Dread Pirate Roberts (como se hacía llamar Ross Ulbritch) le financiaba con donaciones por su trabajo.

La jueza Katherine Forrest consideró a Fernando Caudevilla como incitador y descaradamente irresponsable. Como bien dice en su blog, creo que dicha jueza no entendió o no quiso entender el significado de “reducción de riesgos”.

Proyecto SilkRoad

SilkRoad fue el principio de lo que ahora son las tiendas en la deep web. Desde su aparición se ganó la mala fama por vender drogas, armas y servicios de sicarios. Ahora hay docenas de tiendas dentro de la deep web y que cada vez se blindan mejor y usan diferentes tecnologías como i2p, para que no se repita la misma historia.

Podríamos decir que ocurrió lo mismo que al nacer ThePirateBay. Las autoridades se ciegan en bloquearlo y censurarlo de la manera más aplastante posible, pero no se dan cuenta, que ya existen cientos de páginas iguales y más cada día…

SilkRoad ha sido un comienzo, una manera de distribuir al por menor diferentes tipos de drogas (y otros objetos o servicios, no todos ilegales) en donde los propios clientes determinan la calidad como en cualquier otro tipo de tienda online con puntuaciones y comentarios. Un ejemplo claro es Amazon. Por supuesto, yo mismo he intentado realizar alguna compra en SilkRoad, con mala suerte… tú también puedes comprar en la deep web.

Toda esta idea o proyecto de SilkRoad, hizo temblar a los traficantes de droga. Pero no se acaba ahí, ahora hay multitud de tiendas online en la deep web donde puedes acceder y comprar, aún más grandes. Se les acumula el trabajo a las autoridades si quieren colgarse otra estampita (como la del arresto de la cúpula Anonymous… ¡JA!). Y ya existe la reencarnación con SilkRoad3.0 con i2p

Carta de Ross Ulbritch a la jueza

Esta es la carta que escribió Ross Ulbritch a la jueza antes de que tomara dicha decisión:

Estimada Juez Forrest,

Te escribo esta carta en adelanto a mi venidera sentencia. Esta carta resulta difícil de escribir ya que, como cualquiera que enfrenta un castigo, tengo un gran incentivo para decir cualquier cosa que pueda redundar en una sentencia más suave. Pero me he mostrado honesto y franco a través de todo este proceso y así será en esta carta igualmente.

Mi encarcelamiento durante el pasado año y medio me ha dado un montón de tiempo para reflexionar sobre las acciones que llevaron a mi arresto y condena, y sobre las motivaciones para dichas acciones. Cuando creé y comencé a trabajar en Silk Road no estaba buscando rendimiento económico. Estaba, de hecho, en muy buena posición económica en ese momento. Estaba a la cabeza de una startup, Good Wagon Books, que estaba creciendo y tenía potencial. Tenía dos grados universitarios que me habrían permitido ocupar un excelente puesto de trabajo si la startup hubiera fallado. Creé Silk Road porque pensé que la idea de un sitio web así era valiosa, y que levantar Silk Road era lo que debía hacer. Creía en ese momento que la gente debería tener el derecho a comprar y vender aquello que deseasen siempre que no causasen daño a terceros. En cualquier caso, desde entonces he aprendido que tomar acciones de forma inmediata basadas en las propias creencias, sin tomarse el tiempo para pensar a fondo acerca de ello, puede llevar a consecuencias desastrosas. Silk Road resultó ser una ingenua y costosa idea de la que me arrepiento profundamente.

Se suponía que Silk Road daría libertad a la gente para tomar sus propias decisiones a la hora de perseguir su propia felicidad, como quiera que buscasen encontrarla. En lo que se convirtió fue, en parte, en una cómoda manera de que la gente diera satisfacción a su adicción a las drogas. No apoyo ni nunca he apoyado el abuso de drogas. Aprendí de Silk Road que cuando le das libertad a la gente, no sabes lo que van a hacer con ella. Mientras sigo pensando que a nadie se le debería denegar el derecho a tomar las decisiones por sí mismo, yo nunca busqué crear un sitio que fuera otro camino para que la gente alimentase sus adicciones. Si hubiera sido más maduro, o más paciente, o hubiera tenido algo más de “mundo” entonces hubiera hecho las cosas de forma distinta.

Fui ingenuo de otras formas también. Antes de este caso nunca había sido arrestado, y mucho menos encarcelado. La pérdida de libertad era un concepto abstracto para mí. Sabía que era malo, pero no tenía una clara idea de lo que en realidad sería. Ahora he aprendido que el peor de todos los aspectos de la pérdida de libertad es la separación de mi familia y seres queridos, así como el daño que les he causado. Si me hubiera dado cuenta del impacto que Silk Road iba a tener sobre las personas que más quiero, nunca lo hubiera creado. Lo creé por lo que en su momento pensé que no eran razones egoístas, pero resultó ser un acto de egoísmo.

Al crear Silk Road, he arruinado mi vida y destruido mi futuro. Malgasté la envidiable educación que mi familia me dio, todas las oportunidades que me han dado, las que yo mismo he ganado y mis talentos. Podría haber hecho mucho más con mi vida. Lo veo ahora, pero ya es tarde. Se le pide que me condene al menos a 20 años. En 20 años podría haber hecho una contribución positiva a la sociedad, sin romper la ley. En 20 años podría haber criado a mi propia familia, y haber celebrado incontables hitos en las vidas de mis amigos, padres y hermanos. Le digo todas estas cosas porque quiero que sepa que aunque añoro el confort y las alegrías de la libertad, la parte más dolorosa es la pérdida de mi capacidad para apoyar a la gente que quiero y ser parte diaria de sus vidas como un miembro productivo de la sociedad. Por estas razones, si usted considera que merezco una sentencia que permita mi eventual salida de prisión en el futuro, no perderé mi amor por la humanidad en mis años de encarcelamiento, y tras mi liberación haré lo que pueda para compensar a la gente que quiero por no haber estado a su lado, y para hacer un mundo mejor pero dentro de los límites de la ley.

Tal y como yo lo veo, una sentencia a cadena perpetua es más parecida en su naturaleza a la pena de muerte que a una sentencia de un número finito de años. Ambas te condenan a morir en prisión, pero la cadena perpetua lo hace más lentamente. Si consigo salir de prisión, dentro de décadas, no seré el mismo hombre, y el mundo no será igual entonces. Con seguridad no seré el rebelde y temerario que creó Silk Road. De hecho, seré viejo, al menos 50 años de edad, con la amargura que la vida en prisión trae consigo. Conoceré de primera mano la pesada carga de la ley y sabré mejor que nadie que el riesgo no vale la pena. Incluso ahora entiendo el terrible error que cometí. He vivido mi juventud, y sé que debe quitarme mis años intermedios, pero por favor déjeme vivir la vejez. Por favor, deje una pequeña luz al final del túnel, una excusa para permanecer sano, una excusa para soñar que vendrán días mejores, y una oportunidad de redimirme en el mundo libre antes de conocer a mi creador.

Sinceramente, Ross Ulbricht.

Traducida por Symposion

El fin para Ross Ulbritch y SilkRoad es el inicio de la continuación de esa idea, de ese gran proyecto que hizo temblar a los mayores traficantes y carga de impotencia a las autoridades con el legado que nos deja… Agora Marketplace, Mr Nice Guy, Alphabay, Dream Market, Abraxas Market, y cientos más


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